El Ceutí ha decidido ‘cargarse’ su equipo de balonmano, que
ha militado nueve temporadas en categoría nacional,
esgrimiendo el importante recorte en la subvención que esta
sociedad recibe de la Ciudad Autónoma y la escasa
colaboración de empresas y particulares. El club, en el que
figura como presidente Antonio Fernández Prieto, no dice
públicamente que ha apostado por el fútbol-sala quitándose
de encima el balonmano. Se puede pensar que la gente del
fútbol-sala pinta más que los ‘locos’ del balonmano. Se han
salido con la suya y el balonmano ya es historia.
El cuerpo técnico formado por Rafael Almagro ‘Ali’, Marco
Arrabal y Juanjo Vílchez había aceptado apañarse con 120.000
euros para hacer un equipo con un mínimo de garantías en el
que los canteranos tuvieran más protagonismo y el objetivo
no fuera otro que eludir el descenso. Pero el presidente
tenía claro que el balonmano debía desaparecer por la falta
de recursos económicos y el poco respaldo de la afición.
Mientras tanto, el cuerpo técnico llamó a algunas puertas
solicitando ayuda económica. En los próximos días un sponsor
debía contestar si aportaba 30.000 euros. Fernández Prieto
no esperó ni la respuesta de esta empresa; la decisión ya
estaba tomada. Entiendo que pueda tener sus argumentos, pero
las formas han dejado mucho que desear y ha sobrado
hipocresía. Se ha querido ‘vender’ que el Ceutí seguiría
apostando por el balonmano para acabar justificando la
renuncia por el recorte de la subvención. En fin, que no
tenemos baloncesto, ahora nos quedamos sin balonmano...
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