¡Buenos días, caballas.!
Me he despertado con un regusto amargo por como he dejado
las cosas del mundo ayer.
Los norcoreanos, esos seres humanos con ojos de ranura de
alcancía no hacen más que imitar a los grandes del club
atómico con lanzamientos de misiles, en pruebas, hacía el
mar de Japón. No, no lo disparan al Japón.
Estos países gobernados por acérrimos comunistas, donde los
miembros del pueblo llano comen como pueden pero no cuando
quieren, no tienen reparos en gastarse los cuartos en
tecnología punta destinada a engrosar sus arsenales de armas
de destrucción masiva (aquí no hay ni punto de comparación
con Irak) con vistas a quién sabe qué. Como diría Rajoy.
Ya entramos en la diversificación de la hegemonía mundial,
lo malo es que las armas de destrucción masiva en poder de
gente sin escrúpulos no es cosa de un quítame allá esas
pajas.
Los comunistas, de la mano de los fascistas, son totalmente
antidemocráticos y generalmente totalitarios (rompiendo con
ello con su propia doctrina) y el ansía de poder se extiende
hasta la eternidad, mientras vivan claro, induciéndolo con
las armas en la mano. Tienen alergia a las papeletas de los
votos.
Lo ocurrido en Venezuela (perpetuación en el poder del
presidente) tiene su continuación en el frustrado intento de
Honduras abortado por fascistas. Aunque no está claro,
siguen existiendo reminiscencias en Brasil, Perú y otros
países de intentos parecidos. Ya vemos que nos encontramos
ante países bananeros al mas puro estilo del General
Alcázar, ese popular personaje de Hergè, autor de la serie
de dibujos cuyo protagonista es un periodista con tupé
llamado Tintín.
Regresando al ruedo nacional, el de la Escopeta Nacional
desde luego, vemos que las cosas son parecidas a las de
aquellos remotos países, en el aspecto fascista.
Ahora, que estábamos tranquilizándonos cuando el diálogo
social parecía encarrilado, viene los “santos” varones de la
patronal CEOE y torpedean todas las expectativas de llevar a
buen puerto el pacto.
Lo malo, como los misiles norcoreanos, es que han dado ese
vuelco a las expectativas después de reunirse con el
dirigente pepero, Mariano Rajoy, y rompieron el compromiso
de excluir reivindicaciones inaceptables.
La proposición de contrato único y la petición de una rebaja
de las cotizaciones, mayor que la que solicitaban en un
comienzo, no es otra cosa que un intento desesperado por
hacerse con el poder efectivo del país con maneras
totalmente fascistas.
Ya sabemos que la CEOE simpatiza con el PP de manera tan
clara y apabullante que no les da vergüenza hacer el amor en
público. Ya sabemos que al PP no le interesa que al Gobierno
le vayan bien las cosas.
Estando así… ¿cómo podemos aceptar las reclamaciones peperas
de iniciar un Pacto de Estado para salir de la crisis?, en
realidad es imposible tal pacto, habida cuenta que el PP,
unido a la CEOE, no tiene otro objetivo que minar el poder
del Gobierno hasta hacerlo desaparecer con malas artes
antidemocráticas.
Entretanto la pandemia avanza que ya nos deja tiritando. Los
casos de gripe A siguen aumentando tanto que hacen ensanchar
un poco más la boca de la Parca en una siniestrísima
sonrisa.
No lo tomen a la ligera, ya tenemos un punto negro de
referencia en esta crisis de salud: la muerte de la joven
marroquí.
Mientras, las grandes patronales de la cosa esa de los
medicamentos se dedican a especular con las ganancias que
les producirán la siempre mencionada pero nunca puesta en
circulación vacuna antigripal.
|