Las vacaciones significan, en
muchas ocasiones, recorrer nuestro país visitando los
innumerables atractivos naturales, monumentales y culturales
de las diferentes localidades que componen nuestra
geografía. Experiencia, que nos hace comprender la verdadera
realidad de nuestra Ciudad, desconocida en ocasiones no solo
por nuestros visitantes sino también para los propios
ceutíes.
Ceuta dispone de un rico patrimonio histórico cultural
consecuencia de su privilegiada situación geográfica, puente
entre dos continentes, Europa y África. Una Ciudad marcada
por las interminables disputas de las grandes civilizaciones
del mediterráneo que pretendieron dominarla; fenicios,
cartagineses, romanos, vándalos, visigodos, bizantinos,
árabes y portugueses. Rehabilitada en su totalidad en los
últimos tiempos resaltando una historia de más de 2000 años
a disposición de ceutíes y visitantes.
Ceuta dispone del Conjunto Histórico Monumental de las
Murallas reales, declarado Bien de Interés Cultural en 1985,
único ejemplo de arquitectura militar renacentista compuesta
por baluartes, murallas almenadas, bastiones, plaza de Armas
y un exclusivo foso navegable de agua salada de trescientos
metros, único foso navegable que existe en España. Un
Conjunto dotado de las infraestructuras necesarias para
acoger durante todas las épocas del año a visitantes y en
las noches de verano, a los mejores artistas del panorama
musical en sus diferentes géneros.
Museos, catedral, iglesias, murallas, castillos, fortalezas,
monumentos, esculturas, jardines, paseos peatonales, playas,
miradores, Poblado Marinero, Parque Marítimo del
Mediterráneo, Puerto Deportivo, fondos marinos, gastronomía,
fiestas populares y un largo etcétera, que al menos,
equiparan a nuestra Ciudad con cualquier localidad de las
llamadas turísticas del territorio nacional. En definitiva,
Ceuta, una ciudad marcada por su agradable clima
mediterráneo que asegura una temperatura media anual de 17
grados y unos 300 días soleados al año para disfrutar de
todos sus atractivos.
P.D. Reflexiones, que compartiría en todos sus puntos mi
querido y entrañable amigo, Juan Carlos García Bernardo, a
quien su queridísima Blanca Paloma acoge desde el pasado
jueves entre sus brazos.
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