No son frikys, y si lo son, no les molesta que se lo llamen.
Más de 300 participantes, en su mayoría menores de 30 años,
han pasado cuatro días con sus cuatro noches en el
polideportivo Díaz Flor participando en la sexta edición Lan
Party de Ceuta. Horas y horas frente a las pantallas de sus
ordenadores descargando películas y música, jugando en red,
bañándose en la piscina o acudiendo a la sala de descanso
para dar tregua a sus ojos. Todos dicen que repiten y los
novatos no faltarán a la próxima cita. Algunos reciben la
conformidad paternal para asistir tras aprobar todas las
asignaturas, otros han puesto de su bolsillo los 25 euros
(20 con carné joven) que costaba la conexión y la comida y
cama durante el evento. “Un precio asequible y que merece la
pena, lo malo si vienes de fuera porque el barco encarece
mucho el presupuesto basde que nos planteábamos, pero ha
merecido la pena”. Carlos ha venido desde Granada. Trae una
mochila cargada con su portátil y muchas experiencias de
otros lan partys de la península.
Sus amigos duermen en colchonetas a su alrededor y él pone
voz a la opinión del grupo: “La organización es la mejor que
hemos visto de todos los lugares a los que hemos ido y
además hemos aprovechado para conocer la ciudad que nos ha
sorprendido a todos muy gratamente”. Carlos encontró además
amigos de otros lugares y ha aprovechado para llevar a cabo
lo que siempre hace cuando forma parte de este tipo de
eventos: “He cargado mis discos duros con películas, música
y juegos aprovechando que lo que hago en casa en tres horas
aquí lo descargo en 3 minutos”. Es lo que tiene trabajar a
una velocidad de 20 megas frente a los tres que explican que
tienen la mayoría. Un grupo de internautas ceutíes habla de
uno de los juegos
Gema, Paqui y Alexandra ultiman el regreso a casa. Son de
Ceuta y han participado porque unos amigos se lo dijeron.
Han conocido a gente, han ligado y han descargado mucha
música y películas. Son minoría, este año los chicos son
numerosos. “Mejor para nosotras. Lo hemos pasado muy bien y
está claro que el año que viene volvemos”, explican. Aunque
Alexandra se ha quedado sin el móvil, un caso “aislado” para
los responsables de organización que “se ha hecho una bola y
han hablado incluso de robos, cosa que no es cierta”.
El organizador de la gran quedada informática es el jefe de
la Unidad Técnica del Centro de Proceso de Datos de Ceuta.
Miguel Barbancho. Hace balance satisfecho de los seis años
de historia de una iniciativa que cada año “cuenta con mayor
participación y tiene más eco fuera de la ciudad ya que han
venido muchos participantes de la península”. Desde Galicia
a Zaragoza, pasando por Madrid y Andalucía. En total 55 de
los tres centenares de amantes de la informática que han
participado. Sin problemas técnicos y satisfechos con la
incorporación de la fibra óptica. Y con la piscina como gran
reclamo por el calor que se pasa en la sala y porque es la
única lan party que tiene.
Ampliar las plazas
Sin cifras concretas de presupuesto pero si “menor que en
años anteriores”, Barbancho ha recordado los 3.000 euros que
se han repartido en premios otorgados por los propios
patrocinadores del evento a los que participaban en las
actividades propuestas. Y para el año que viene, visto el
éxito, “pensamos en ampliar las plazas”, anuncia el
organizador. Barbancho desmitifica el perfil de los
asistentes a la gran fiesta internauta de Ceuta. Sabe que no
son “bichos raros” como piensa mucha gente y habla de las
amplias posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías a
los jóvenes que vienen a participar de manera sana y a
intercambiar ideas sobre una de sus grandes aficiones.
Ambiente tranquilo, incidentes de poco calado y más de medio
centenar de personas volcadas en dar seguridad al recinto.
Desde miembros del CPD a Bomberos, Policía Local o
voluntarios de Cruz Roja. “Los padres están tranquilos
porque saben que una de nuestras garantías es la enorme
seguridad que existe y que los chavales están bien”.
Y los padres no ponen pegas. Una de las madres esperaba a
que su hijo, de 17 años, saliera de la Lan Party a las
puertas del polideportivo. “Él pasa varias horas al día en
el ordenador y me ha enseñado a mi a manejarlo. Es algo
bueno que se reúnan con otra gente para jugar y conocer
gente. Yo prefiero que esté aquí cuatro días que no
emborrachándose por la calle”.
Desde la organización se preocupan de que se sigan unas
normas y además dos cámaras graban constantemente el
pabellón y se puede acceder a los vídeos en directo las 24
horas del día a través de una página web. Aún así, muchos
participantes se han bajado información pornográfica. “Lo
hacíamos sin que se enteraran los de la organización, pero
de bajarnos alguna película porno no pasaba”, reconocen.
Vuelven a casa con los discos duros cargados y saben que no
son raros, simplemente disfrutan realmente de vivir en la
sociedad de la información.
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