La renuncia del Ceutí a jugar la próxima temporada en la
Primera División Nacional era la crónica de una muerte
anunciada. El curso pasado los unionistas permitieron la
salida, tras acabar la primera vuelta, de hasta cuatro
jugadores y no ficharon absolutamente a nadie. El Ceutí
afrontó la mayoría de los partidos ‘bajo mínimos’, el
portero Hugo terminó jugando de extremo y en la última
jornada en el Díaz-Flor contra el EBIDEM sólo se vistieron
de corto diez jugadores; en el palco ni un directivo. Sólo
estuvo en la grada Guillermo Vivas, que nada más finalizar
el derbi presentó su dimisión irrevocable como responsable
de la sección de balonmano. Así las cosas, la continuidad
del Ceutí no estaba garantizada y generaba muchas dudas,
pese a que la directiva aseguró que el balonmano no iba a
desaparecer, aunque eso sí sufriría un importante recorte
económico al apostar la entidad por el fútbol-sala.
En un escrito firmado por Antonio Fernández Prieto,
presidente del Ceutí, el club le comunicó a la Real
Federación Española de Balonmano su renuncia por “la
importante reducción en las subvenciones que esta sociedad
deportiva recibe de la Ciudad Autónoma y la escasa
colaboración de empresas y particulares para la temporada
09/10”. Ceuta se queda sin representante en categoría
nacional doce años después. El BM. Ciudad de Ceuta se
estrenó en Primera División en la temporada 97-98 al recibir
una invitación de la RFEF para participar en esta categoría.
En la 00-01 el Ceutí tomó el testigo llegando a militar en
la División de Honor ‘B’ en la 01-02.
El Ceutí tiene previsto inscribir a un equipo juvenil en
competición nacional, sin descartar también a otro cadete.
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