Que con un mínimo soplo puede ser
derruido. Así se empieza a mostrar el recién ascendido a
tercera división, el Murallas de Ceuta.
No me duelen prendas y debo decir que en estos momentos creo
que nos hemos equivocado, yo al menos, en la valoración que
hemos estado haciendo sobre este conjunto. Y nos hemos
equivocado al confundir lo rápido del ascenso, con la buena
organización y las ideas claras para estar en categoría
nacional.
Si el Murallas, que hace un año no existía y ahora está en
tercera división, no sabe distinguir lo que es ser jugador,
ser técnico y ser directivo, y en él hay quien quiere estar
a la vez en los tres estratos, con más rapidez, aún, que se
produjo el ascenso, se producirá su desaparición de la
escena futbolística.
¿Se va a ser filial?. Si es que sí no hay que demorarlo más
y entrar con todas las consecuencias que implica eso de la “filialidad”.
¿Se quiere ir por libres?. Tampoco es malo, pero para ello
no hay, repito que no hay, en estos momentos jugadores en
Ceuta para mantener el equipo en tercera división, y suele
ocurrir que cuando los cuatro primeros resultados sean
negativos, al final de octubre ya todo el mundo piensa que
la categoría está perdida, con lo que el nombre de Ceuta se
va arrastrando por esos campos y se da una imagen que no va
a tono con lo que se quiere representar.
Veo en la edición del pasado lunes una entrevista en nuestro
periódico El Pueblo de Ceuta, en la que el capitán del
equipo habla como si fuera presidente, jugador y organizador
de la entidad. Mal van las cosas si empezamos con
protagonismos aislados y peor irán si es el propio capitán
el que se convierte en el “ideólogo” de una entidad que si
ha tenido el éxito de ascender en su primer año de
existencia, a partir de ahora ya no debe verse como un
grupete de amigos que salen al campo a echar el rato.
Y lo que más me sorprende es que a estas alturas no tengan
nada, como se deduce de las palabras del propio
capitán:”Hasta que no nos reunamos con la Ciudad estamos
atados de pies y manos”.
Particularmente, creo que la Ciudad, y así debiera ser con
todos, deberá ayudar, pero no ser la que sostenga unas
entidades que luego administren los dineros públicos a su
antojo, convirtiéndose los dueños (aquí no entra el primer
equipo de la Ciudad) de esos equipos, y ya hay algún caso de
ello, en “los funcionarios mejor pagados de Ceuta”.
Y el capitán del Murallas insiste en su peso, yo diría que
total, cuando dice:” El entrenador será el que elija entre
los jugadores que pongamos a su disposición”. O sea que él
va a ser uno de los que haga el equipo.
Más tarde dice:” La inmensa mayoría de la plantilla será de
aquí. En Ceuta hay muy buenos jugadores a los que les
faltaba un equipo que les dé la oportunidad”.
El capitán del Murallas de Ceuta, Ramón Lema parece comparar
el pachangueo de la regional de aquí, con lo que debe ser un
equipo en categoría nacional, o con sus palabras quiere
enmascarar la idea de “hemos subido y el año próximo
volveremos a regional”.
Porque, hoy por hoy, de toda la regional, titulares con
solvencia para la tercera división no hay media docena, y de
las demás categorías ahí está la prueba de los últimos
quince años, salvando las temporadas en las que estuvo el
Ceuta, programado para ascender, todos los demás tuvieron
una subida y una bajada casi automática, y eso que tenían
refuerzos de fuera, también.
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