Es como se ha venido España de
Sudáfrica, de un campeonato en el que tuvo enfrente a
equipos de poca entidad, con los que no supo sacar su
verdadero potencial, si es que, de verdad, lo tiene.
Es cierto que ha quedado en tercer lugar, pero no menos
cierto es que un equipo como el de los EEUU no le dejó
llegar a la final, y en el partido de consolación, los
anfitriones de Sudáfrica le crearon tantas dificultades que
a falta de tres minutos para el final España estaba
perdiendo (1-0), luego, en un solo minuto remontó Güiza
(1-2) y en el descuento volvió a empatar el equipo de casa.
Por tanto, lograr el tercer puesto es un éxito, cuando se
consigue frente a equipos como Alemania, Italia, Francia,
Argentina o Brasil, mientras que lograrlo en la prórroga,
ante Sudáfrica es que el equipo es mucho menos fuerte de lo
que se creía y a un año del próximo Campeonato del Mundo
debe haber servido al seleccionador para darse cuenta de
que, el juguete que le dejó su predecesor estaba nuevo, pero
en un año se ha deteriorado considerablemente.
Ahora, incluso los que alardeaban de que éramos invencibles
antes de este campeonato que sólo sirve para que la FIFA
haga caja, empiezan a tener bastantes dudas y ya hay más de
una voz que no parece comulgar con los sistemas del actual
seleccionador.
Es la ley del fútbol, sólo valen los resultados y cuando no
son positivos, cualquiera puede aparecer como auténtico
doctor en conocimientos futbolísticos.
Ahora ya, a descansar, y a terminar con los asentamientos de
los jugadores que están a punto de acoplarse y que durante
estas dos semanas estuvieron más atentos a los movimientos
de traspasos que a lo suyo propio, en esta competición. Y es
natural, en algunos casos estaba todo un porvenir en juego y
cada uno tiene que asegurar lo suyo.
Una vez visto esto hay que seguir con los pocos encuentros
que faltan antes del Mundial y creo que, con el nivel que
han exhibido en Sudáfrica, el año próximo y en el mismo
lugar, tendrán que variar mucho las cosas, especialmente al
tener enfrente a equipos más potentes que Nueva Zelanda, por
ejemplo.
Lo que sí es cierto es que no hay ningún campo en el que se
pase del cero al infinito, en tan poco tiempo, y en el que
se cambie de opinión tan rápidamente como aquí en el fútbol,
de ser los mejores a que no sirve ya el equipo.
Y menos mal a que un gol de falta, en el segundo tiempo de
la prórroga dejó a España en tercer lugar, que si se vienen
con la derrota, precisamente ante Sudáfrica, más de uno
tendría que haber entrado disfrazado para que no lo
conociera nadie.
¿Qué habrá en estos próximos días?. Ni que decir tiene que,
tanto en los periódicos deportivos, como en las tertulias y
programas radiofónicos de deportes, lo que va a menudear es
la simple especulación y muy poco más, sobre “posibles”
refuerzos.
Ahora, con las vacaciones a pleno rendimiento, el mundo del
fútbol no dará para más y cada día veremos y oiremos el
baile de jugadores que el lunes estarán situados en un
equipo grande y el miércoles habrán ido a parar a otro de
los medianos.
La crisis será considerada como algo que atenúe el no
reforzarse unos y servirá de crítica, sin piedad, para
quienes tuvieron dinero y se reforzaron mejor.
En definitiva, un pasatiempos en el que cualquier
coincidencia con la realidad es mera casualidad.
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