Mire, amigo guardia, a mi eso de
las categorías por las calles donde tenga uno su casa, me da
la risa. Vivo, mejor dicho medio vivo, en Marina Española,
clasificada en la categoría A, O sea en la más alta de las
categorías que es donde, como yo, viven las más grandes
fortunas de este pueblo.
Para no mentirles, porque jamás miento, en esa calle de
categoría A vivimos las 500.000 fortunas y las rentas más
altas de este país, qué digo de este país del mundo mundial.
Y como tales no sufriremos el impacto de la subida de
impuestos que se preparan para recortar el déficit. Esos
impuestos los vais a pagar todos ustedes, “usease vosotros”
que no tenéis un euro.
Estaría bueno que nosotros los ricos, los más ricos de este
país, tengamos que pagar más que nadie y ustedes los
pobretones, no tuvieseis que pagar nada. ¿Pero qué es lo qué
os habéis creído los pobretones?. Me imagino que no se os
habrá pasado por la cabeza querer estar a nuestra altura.
Para estar a esa altura, la de los ricos, la de los que más
tenemos, lo primero que tenéis que hacer, es vivir en
categoría A.
Y pienso yo, cuando me pongo a pensar me preocupan mis
pensamientos, que debería no pensar y dejar el mundo correr,
para no tener que cabrearme y, entonces, en esos momentos,
me siento en el ordenador y digo lo que tengo que decir, sin
necesidad de disfrazar nada, ni siquiera echarle un poco de
humor.
Y lo primero que pienso y me pregunto, qué prestaciones nos
da la Ciudad Autónoma a los ricos muy ricos, las cosa hay
que reconocerla, que vivimos en Marina Española en categoría
A. Y me respondo, ninguna.
Las aceras más estrechas están donde se encuentran los
edificios. No tenemos guarderías, no tenemos parking, no
tenemos piscina cubierta, ni sin cubrir, no tenemos
polideportivos, y ni tan siquiera cuado llegan los
carnavales, nos ponen una mala guirnalda de luz. O sea,
aclarando que es gerundio, no tenemos nada de nada e insisto
cuáles son las prestaciones qué se nos dan y qué nos llevan
a estar clasificados en categoría A.
Claro que todo esto nos pasa, por ser una jartá de ricos
riquísimos, que nos sobra el dinero y estamos clasificados
en Categoría A. Por todo ello, no nos cabe más que felicitar
a quienes hicieron esa clasificación, que nos lleva a
recibir todas esas prestaciones que por nuestra categoría
nos corresponde y que, de nuevo nos van a volver a subir el
agua. Oigan que nos la van a subir, no por subir los
impuestos es para que, de esa forma, ahorremos agua.
Uno que es muy bien mandado ha decidido que, en casa, nos
ducharemos una vez cada seis meses y lo haremos, con tal de
ahorrar agua, utilizando un sifón antiguo o un pulverizador
dándole dos veces al mando.
Cómo, por una casualidad, me entere de que algunos abusando
del agua se ha duchado tres veces al año, le castigaré a
descender de categoría llevándolo a la B.
El presidente, Juan Vivas, sobre el asunto argumentó que se
trata de una “revisión” que “no tiene interés recaudatorio”.
Perdone, don Juan, si no es para recaudar por qué se sube
esa tasa.
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