Que la Manzana del Revellín es un
hito no sólo urbanístico, sino que, una vez abierta al
disfrute de los ciudadanos, lo será también cultural, es
algo innegable, pero no lo es menos que lo es también desde
el punto de vista de la arquitectura contemporánea. La
ciudad disfruta de joyas heredadas de su rico pasado, como
las Murallas Reales y, de otras épocas, los vestigios que en
ella dejó el paso de las distintas civilizaciones que la han
poblado desde los fenicios. También cuenta en su haber con
elementos contemporáneos que han venido a enriquecer, desde
diferentes ámbitos, ese acervo patrimonial y cultural, como
lo es el Parque Marítimo del Mediterráneo, obra del artista
César Manrique y del que sólo existe otro similar, en
Tenerife. Además, aunque en menor medida, pues no son pocas
las ciudades en las que la falta de sensibilidad de otros
tiempos ha arruinado el patrimonio arquitectónico, Ceuta
conserva aún buenos ejemplos de edificios modernistas,
algunos tan emblemáticos como el Trujillo, que aporta una
singular personalidad a la principal arteria de su centro
urbano. El renovado paseo del Revellín y su prolongación, la
calle Real, son a su vez reflejo de lo mucho que ha avanzado
en los últimos años la sensibilidad que lleva a hacer de las
ciudades lugares habitables. Ceuta tiene una escala humana
y, como dones naturales tiene luz, tiene mar, la fuerza y
belleza que le imprime su carácter de lugar entre
continentes y eso, junto con sus gentes y su historia es lo
que ha inspirado a Álvaro Siza para levantar, en el corazón
de la urbe, un conjunto de edificios destinados a marcar una
nueva huella histórica. Siza es de entre los arquitectos
contemporáneos uno de los grandes, un maestro, y Ceuta se
estaba mereciendo un espacio a la altura de cualquier otra
de las ciudades del mundo que cuentan con una obra que no
sólo refleja ese genio creador, sino destinada además a
servir a sus ciudadanos. La Manzana está diseñada como lugar
de encuentro y para las artes, algo que tendrá un
repercusión cultural que queda poco para comenzar a
vislumbrar.
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