Lo que se inició con serias
críticas por el sector profesional de la conducción y por
algunos partidos políticos se ha traducido tres años después
de su implantación en una forma de reducir, por fin, la
mortalidad al volante en España. El miedo a perder esos
puntos (12 de inicio) con el que se inició la medida, ha
obligado a la inmensa mayoría de los conductores a extremar
sus propias medidas y a observar de manera más manifiesta
los consejos establecidos en las señalizaciones tanto en las
carreteras de nuestro país como en las zonas urbanas.
En tres años, sólo poco más de dos millones de conductores
de los más de 23 millones censados han visto ‘tocado’ su
carné por la comisión de distintas infracciones contempladas
con pérdida de puntos. Si bien es más cierto, y desde ese
punto conviene observar el prisma, que más de 20 millones de
conductores en nuestro país sumarán dos puntos más a sus
impolutos carnés. Un premio a ser cumplidor de las normas
básicas de circulación para evitar poner en peligro tanto la
vida de uno mismo como de las de terceras personas.
En España, los datos generales son esos. En Ceuta han visto
emborronado su permiso de conducir 2.612 conductores, pero
si por el dato positivo nos guiamos, más de 34.000 obtendrán
el próximo día 1 de julio 2 puntos en sus respectivos
carnés, tres años después de la entrada en vigor y se
sumarán a los 12 con los que inicialmente contaban.
Queda claro que la entrada en vigor del carné por puntos ha
logrado modificar conductas al volante y ha propiciado que
en la actualidad se observe un mayor respeto por las normas
de circulación vial. Algo que, eso sí, no ha ocurrido con
los 312 conductores ceutíes que sencillamente han perdido
todos sus puntos a lo largo de los tres años, o a los 190
que se le han retirado el permiso de conducir.
El sistema del carné por puntos, que ahora cumplirá tres
años, se ha destapado como una de las grandes soluciones en
materia de tráfico y seguridad vial, lo que debe ser
justamente reconocido.
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