La aparición repentina de vehículos quemados en la ciudad,
sin que se conozcan datos reales de estos automóviles tras
las posteriores comprobaciones relacionados con los números
de bastidores y de placas lleva a pensar a las fuerzas y
cuerpos de seguridad en una relación directa con el tráfico
de vehículos robados dedicados para el pase de drogas entre
Marruecos y Ceuta. Una vez empleado y logrado con éxito el
‘trabajo’ se desharían de él prendiéndole fuego. Ya el
hachís en Ceuta se almacenaría para su distribución en
pequeña escala, con ‘culeros’ hacia la península. Toda una
red y trama para mantener un modo de vida o quizá financiar
otras actividades.
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