A lo largo del curso la profesión
de docente suele pasar por múltiples problemas y
desaguisados que, luego, al correr el tiempo quedan en el
olvido, la mayor parte de ellos, y los que de verdad
perduran son aquellos que tienen una proyección futura para
bien.
De mi larga labor docente, 40 años “colgado” de la tiza,
ahora mismo podría citar, sin temor a equivocarme, mis tres
mejores alumnos, dos de ellos en los primeros cursos, cuando
yo era un “novato”, allá en Jerez de los Caballeros, y otra
aquí en Ceuta en el Siete Colinas.
Con los de Jerez de los Caballeros estuve comiendo el pasado
Sábado Santo y ambos ya padres de familia y perfectamente
asentados, tras haber hecho carreras de las denominadas
difíciles, están ejerciendo como grandes profesionales.
La alumna de Ceuta del IES “Siete Colinas” ha hecho las
pruebas de la selectividad hace unos días, y en los
resultados finales aparece entre los cinco primeros del
Distrito Universitario de Granada.
Dina Bousdar, es la alumna a la que me refiero, y hace
cuatro años, cuando estudiaba 3º de la ESO, fue alumna mía,
en uno de esos cursos en los que además de mi materia yo
impartí Lengua Española. Desde el primer día me di perfecta
cuenta de que esta no era una alumna cualquiera de esas que
van a pasar el tiempo. Dina ha sido y seguirá siendo una de
esas alumnas que no se conforma con cualquier cosa. Ella
sabía que iba a trabajar y su trabajo era diario. Al final,
ahí están los resultados.
Particularmente, como profesor, creo que es una suerte poder
dar clase a alumnos que saben aprovechar el tiempo y que
saben, sin tenérselo que repetir, cual es su obligación
principal. Dina Bousdar, desde muy pequeña, lo sabía
perfectamente y puedo decir que en “mi corta” experiencia (
al cabo y fin 40 años no es nada en la inmensidad de los
tiempos) jamás había visto en un alumno tantas ganas de
aprender, de saber un poco más, tanta claridad como se
mostraba en esta alumna.
Como alumna, ya lo digo, era fuera de serie, pero como
persona era aún mejor y lo ha demostrado, no sólo en clase,
sino como miembro del Consejo Escolar del “Siete Colinas”,
siempre con apreciaciones atinadas y sabiendo el terreno que
pisaba o hacia donde tenía que ir, con unos principios y
unas bases sólidos, dentro del respeto y la responsabilidad.
¡Ah!, esta alumna ha estado en un centro público, en el que
no se hace ningún tipo de selección, como de un centro
público, también, del IES “Camoens” es otro alumno que ha
sido el número dos en cuanto a puntuación en esta
selectividad, a la que se han presentado 4298 alumnos, por
el distrito de la Universidad de Granada, 227 de ellos eran
de Ceuta.
Tras estos datos, muy pocos, no me gustan los números
farragosos, lo que sí es cierto es que cuando se habla de
fracaso escolar, en Ceuta, hay que decir:” Fracaso escolar,
si lo hay, como en el resto del país”. Ceuta no está por
debajo de ninguna otra provincia y el 90,75% de aprobados en
la PAU nos da pie a hablar de igualdad y si todos fueran
“del corte” de Dina Bousdar seríamos los primeros de los
primeros.
A las puertas de las vacaciones, con un curso más concluido,
también los profesores, es lo único que pedimos, tenemos
derecho a alguna satisfacción.
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