Entre los jugadores que se barajan en los despachos de la AD
Ceuta para reforzar el vestuario caballa de cara al curso
2009/10 están los nombres de varios ‘viejos conocidos’ para
la parroquia del Alfonso Murube. Uno de ellos, que ya fue
publicado por El Pueblo de Ceuta hace hoy exactamente un
mes, es el de Aitor Martínez, mediocentro que el pasado
verano se marchó al Ciudad de Lorquí, tras permanecer año y
medio en tierras ceutíes, donde recaló en enero de 2007
procedente del Puertollano.
Contactos que se iniciaron hace ya tiempo, cuando el jugador
fue cuestionado desde la entidad sobre un posible regreso. A
partir de ahí, y una vez que el barcelonés viera con buenos
ojos su vuelta, el club blanco inició las conversaciones con
el agente del jugador, Raúl Valencia, quien es optimista de
cara a una definitiva incorporación del futbolista. A pesar
de todo, explica, hasta el momento no se ha podido alcanzar
un acuerdo definitivo “ni en lo económico ni en la duración”
del contrato, ya que “existen diferencias” ante las que
“intentaremos evolucionar”. Argumentando que “se puede
llegar a un acuerdo”, razonando que, lógicamente, “cada uno
defiende sus intereses”, sin embargo es de los que entiende
la solución está en “encontrar un punto intermedio”.
Descartado por José Enrique Díaz, por aquel entonces
director deportivo de la AD Ceuta, el ex jugador caballa
firmó por el Atlético Ciudad de Lorquí del Grupo II de
Segunda División ‘B’, donde se convirtió en titular
indiscutible, disputando 36 partidos de los 38 de Liga
regular, perdiéndose únicamente dos y por sanción. Lo que
supone que, en lo deportivo, el catalán “haya crecido” tanto
por lo individual como en lo colectivo. Ya que, en la
primera temporada del club en la categoría de bronce del
fútbol español, el cuadro murciano finalizó en la octava
posición, después de haber estado durante toda la campaña en
la zona noble, con serias opciones de fase de ascenso. Lo
que también sirvió para que haya clubes de superior
categoría que “lo han seguido”, y se hayan interesado,
aunque “no hay nada concreto”.
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