Tras dos años consecutivos en los que la Casa Regional de
Ceuta en Cádiz no celebraba la noche de las “Hogueras de San
Juan” por la prohibición existente en la Ley de Costas de
hacer fuego en la playa, este año se armaron de valor y
decideron acudir a festejar esa noche tan caballa como es la
noche de San Juan y que de antemano habían programado para
este trimestre, habiéndolo realizado la noche del martes día
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El lugar de reunión fue como siempre al final de la playa
Victoria, junto al espigón de La Cortadura, al que fuimos
llegando sobre las 21,30 horas, indicando que en esta
ocasión participamos más bien pocos, pues el fuerte viento
de poniente dejó a algunos en casa, además de que no
podíamos como en las anteriores reuniones hacer los
pinchitos morunos y barbacoa, por lo ya indicado
anteriormente, pero si degustamos unos tentempiés que
aportamos entre todos, amén de celebrar con tarta y cava, la
onomástica de dos de los presentes.
Una gran bandera de Ceuta colocada en un lugar estratégico,
hizo notar que los caballas también participamos de la
fiesta, que en diversos momentos de la noche nos llenó de
alegría, pues los transeúntes que pasaban por el Paseo
Marítimo, se percataban de nuestro signo de identidad y se
acercaban a la barandilla para enviarnos un saludo e incluso
dar vivas a Ceuta, identificándose como ceutíes en
vacaciones.
El viento de poniente fue remitiendo ya cercana la media
noche y antes de hacer nuestra pequeña hoguera, (emboscada
en un hoyo en la arena), ante la posibilidad de que
pudiéramos ser amonestados, nos dirigimos a la orilla a la
doce en punto para entrar de espaldas al mar, saltar siete
veces sobre las olas que iban llegando, tirar las piedras y
pedir los deseos, tres buenos y tres malos, que escritos en
papelitos luego fueron quemados, dando las vueltas de rigor
alrededor de la fogata.
Continuando la noche y cercana la madrugada, pues como
apuntaba se apetecía estar de charla en un ambiente
distendido, de bromas, de historietas y anécdotas pasadas
relacionadas con la situación, así como jugar a “San Juan
del Deo”, muy propicio para esta noche mágica, en donde la
playa gaditana era un hervidero de ciudadanos que, como
nosotros, habían acudido por el mismo motivo.
Cumplimos con la tradición hasta que esa humedad molesta que
cala hasta los huesos, hizo que “levantáramos el campo” y
comenzáramos a recoger, dando por finalizada nuestra
tradicional noche de San Juan caballa, trasportada a la
tacita de Plata.
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