La asociación Digmun clausura hoy su proyecto ‘Caminando
hacia la igualdad’, subvencionado por La Caixa. Y aunque lo
hace con resultados “muy satisfactorios”, las expertas han
constatado que una parte de la ciudadanía ceutí mantiene
cierto carácter machista. Más de 300 mujeres han asistido a
los 46 talleres.
La asociación ceutí que lucha por la dignidad de mujeres y
niños, Digmun, ha clausurado hoy en el Centro Penitenciario
Los Rosales su proyecto ‘Caminando hacia la igualdad’,
subvencionado por la Obra Social La Caixa, y puesto en
marcha por las expertas Carmen Mancilla y Dimple Prem.
Esta propuesta, que dio sus primeros pasos en febrero, ha
constado de 46 talleres que se han impartido en lugares tan
diversos como centros educativos, prisión, asociaciones,
Plan de Empleo o el proyecto ILUSIONA2, llegando a más de
300 mujeres, en su mayoría de religión musulmana y con
grandes carencias educativas, por lo que se ha demostrado
que estos colectivos vulnerables son los que más necesitan
de una formación sociosanitaria.
Y aunque las expertas confesaron que los resultados “han
sido muy satisfactorios por la partición, el interés y la
motivación de los participantes”, se han quedado perplejas
con el carácter machista que todavía predomina en una parte
de la ciudadanía ceutí. “Hemos tenido a jóvenes de
Secundaria, tanto hombres como mujeres, que decían que había
mujeres que se merecían que les peguen por como son.
Con esto podemos afirmar que todavía hay mucho machismo, que
el maltrato lo tienen normalizado y esto en población de
entre 18 y 20 jóvenes, con parejas muy controladoras”,
argumentó Dimple Prem, encargada del área de prevención de
la violencia de género de dicho proyecto. Concretamente, “el
perfil de estas participantes es el de mujeres marroquíes
que residen en Ceuta pero sin tener la nacionalidad ni la
residencia, casadas o que cohabitan con españoles,
marroquíes o no, y que sufren malos tratos, ya sean
psicológicos, físicos, sexuales, económicos o sociales”,
indicaron las expertas.
Otro de los factores que han llevado a las técnicas a querer
proseguir el año próximo con esta iniciativa ha sido el
desconocimiento de los métodos anticonceptivos y las
enfermedades de transmisión sexual. “Hemos tenido
participantes que, por no saber utilizar los fármacos, han
tomado hasta tres pastillas anticonceptivas al día o que han
tenido infecciones compartidas con sus maridos, y esto, por
no perder autoridad, no han querido visitar al médico. Cosas
que damos por hecho que se saben y no es así”, narró Carmen
Mancilla, responsable del área sanitario.
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“Las mujeres consideran normales los malos tratos”
Además de impartir talleres
formativos, tanto Dimple Prem como Carmen Mancilla, han
ofrecido a las usuarias asesoramiento legal y jurídico, ya
que al finalizar las sesiones algunas mujeres les comentaban
sus casos particulares como víctimas de violencia de género
“al sentirse identificadas con lo que decíamos”. Casi un
cinco por ciento han sido las participantes que han visto en
las descripciones del maltrato sus historias personales. “Me
he quedado sorprendido con comentarios del tipo un insulto
no es un maltrato o un tirón de pelos puede ser excitante
sexualmente hablando o algunas mujeres se lo merecen, como
si fueran cosas normales. Hemos tenido otros casos en los
que nos confesaban los malos tratos y que no los denunciaban
por miedo porque sus parejas las habían amenazado de muerte,
o las podían atropellar. Incluso tuvimos a una marroquí que
nos confesó que su pareja había asesinado a un hombre y el
temor era más fuerte que ella”. Ante estas circunstancias,
las técnicas han facilitado los recursos que posee la ciudad
para reclamar información, interponer una denuncia o
solicitar asistencia de abogados de oficio. “Lo que más les
ha impactado ha sido el conocer el teléfono de atención a la
víctima, el 016, que es gratuito e incluso no aparece en las
facturas por lo que el maltratador no puede saber nunca que
su pareja lo ha utilizado. Esto hace que muchas pierdan el
miedo y comiencen a investigar de qué forma pueden acabar”,
constató Dimple Prem, responsable del área.
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