En el Grupo Socialista están convencidos de que el Consejo
Económico y Social (CES) va a ser un "órgano inútil" tras la
modificación de su reglamento por parte del Gobierno de la
Ciudad. Este hecho, en opinión de la diputada socialista
Mari Paz Ojeda ante los medios de comunicación, significa
que el Ejecutivo autónomo "quiere una ciudad monocolor, en
la que no haya ninguna opinión que pueda discrepar con el
Gobierno".
La diputada local del Grupo Socialista, Mari Paz Ojeda,
consideró ayer que el Consejo Económico y Social (CES) de
Melilla ha dejado de ser "independiente" y, además, "va a
ser un órgano inútil", ya que, tal y como explicó, el
Partido Popular (PP) ha modificado su reglamento, "en contra
del consenso obtenido por todos los Grupos y sindicatos",
porque el Gobierno local "quiere una ciudad monocolor, en la
que no haya ninguna opinión que pueda discrepar con el
Ejecutivo".
En palabras Ojeda, el Gobierno de la Ciudad Autónoma "ha
desterrado un órgano que podría servir de manera
independiente al asesoramiento económico de la ciudad", por
lo que mostró su incomprensión antes el hecho de que
Proyecto Melilla SA (Promesa) haya sido integrada como
miembro del CES.
En cuanto a la "artimaña" del Gobierno melillense sobre la
falta de consenso de los sindicatos, la diputada socialista
señaló que es "totalmente falso", dado que desde hace tres
años la parte social ya habían transmitido su voluntad de
acuerdo y el reparto de los puestos. "Cuando no había
ninguna tipo de trabas, el Gobierno dejó el tema encima de
la mesa y abordó una reforma", aclaró.
Asimismo, y haciendo uso de su mayoría absoluta, el PP
"despachó" con un 'no' las alegaciones de los sindicatos.
"Nos dicen que en el reglamento consensuado por todos había
un error, y ahora imponen, con su mayoría absoluta, en
contra de todos, su modelo de ciudad", agregó.
En otro orden de Ojeda habló del voto en contra del PSOE en
el contrato de reparación de viales públicos. Así, según
expuso, durante la sesión plenaria del pasado lunes se
abordaron cuestiones como los plazos o criterios de
baremación. Cuestiones que “quizá no deberían tratarse en un
Pleno”.
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