Es lo que va a tener el Ceuta,
desde principios de temporada, con el recién ascendido
Murallas de Ceuta, a la tercera división del Fútbol
Nacional.
El Murallas es un equipo sin historia, eso nadie lo ignora,
pero si echamos la vista hacia atrás doce años, lo que hoy
es el primer equipo de la Ciudad no era nada y gracias a que
en aquellos momentos, costándole un buen dinero de su
bolsillo, José Antonio Muñoz se hizo con aquel equipo y
logró ascenderlo a la segunda B. Desde entonces se habla del
Ceuta como si hubiera sido el gran equipo en la historia de
nuestra ciudad.
Los años han pasado, las temporadas se ha sucedido, el Ceuta
no ha logrado el ansiado ascenso a segunda A y eso que ahora
ha tenido una subvención de lujo, especialmente las dos
últimas temporadas.
La temporada que ha terminado fue la del gran fracaso y si
bien es cierto que Carlos Orúe, en esa etapa final que
dirigió al equipo, logró lavar un poco mejor la cara de este
Ceuta, no menos cierto es que la afición sigue pensando que,
a pesar de que se disponía de dinero, de secretario técnico
y de toda la estructura de un equipo grande, a la hora de
lograr resultados fue un equipo mediocre y sin personalidad,
que se quedó alejado de los puestos de la ilusión.
El Murallas de Ceuta, esta temporada, se enfrentará al San
Fernando, al Portuense, a La Balona..., esto es, a equipos
que no fue capaz de doblegar con autoridad el Ceuta, a pesar
de la diferencia de presupuesto.
Ahora mismo, no se puede ver de otra forma, en teoría son
dos equipos que están a años luz, pero bastaría con que en
los primeros compases de las competiciones el recién
ascendido lograra tres buenos resultados y el Ceuta no fuera
en puestos de cabeza, para que el “run, run” y, lo que es
peor, la falta de asistencia a Alfonso Murube dividieran la
corta afición, que por deméritos del primer equipo, se viene
reduciendo cada año.
Ahora empezará la conformación de un equipo y del otro para
poder competir. Ahora, también, habrá que ver si al Murallas
de Ceuta le toca algo de “la tarta” que sale de la Ciudad
Autónoma, o si únicamente se le dan las migajas que sobran
del Ceutí, del Goyu Ryu o del equipo del gerente recién
llegado. Hay muchas cosas que ver.
Con todo, el punto de arranque, para la hora de sacar los
abonos, estará en ver si los fichajes del Ceuta “dicen algo”
o si se hace un equipo de “retales”. De momento, las
adquisiciones iniciales no dicen mucho, no sé si es el
cambio “ a pelo” o si es quitar y poner, pero sin aumentar
la calidad. Sobre el papel no dan expectativas de algo
grande, sobre el césped será otra cosa, es de suponer.
Un equipo como el Ceuta con su secretario técnico, con un
gerente, con un organigrama de equipo serio, tendría que
haber dado ya el primer “zarpazo” que tuviera tirón. Hasta
hoy no lo ha hecho y no creo que se deba a que a la gerencia
y su primera adquisición, el secretario técnico, “les venga
el traje ancho”, porque el secretario técnico de esto sabe,
el gerente en lo suyo tendrá que demostrar que está puesto y
que no se trata de un simple fichaje o recomendado cercano a
la Ciudad.
Basilio y su Murallas de Ceuta cumplieron con su objetivo.
No eran, a priori, los que más contaban, pero fueron los que
mejor lo hicieron, yendo con humildad. Un tercera no tiene
mucho tirón, pero un segunda B, que no pasa de ahí tampoco
la tiene a la larga.
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