Un grupo de padres de alumnos de Infantil del colegio Ortega
y Gasset entregó ayer en el registro de la Dirección
Provincial un escrito reclamando la continuidad, un año más,
en el aula de la profesora de sus hijos. La docente deberá
abandonar, tras dos años con los menores, el centro para
volver al colegio donde tiene laplaza en propiedad.
Los padres piden que la docente, con cuya labor están
“satisfechos”, concluya con sus hijos el ciclo de tres años
de Infantil, una etapa en la que, según recuerdan, no son
nada buenos los cambios. Además, estos esgrimen varios
informes de los psicólogos del centro que desaconsejan el
cambio de profesor por las “características personales,
necesidades, intereses y estilo cognitivo” de varios alumnos
del grupo.
Más allá, los afectados indican que desde el propio centro
se les informó acerca de la importancia de la continuidad en
la primera etapa de Infantil. Los padres coinciden en que
“es muy conveniente que se dé una estrecha relación de
conocimiento entre cada profesor y su grupo”, algo que
entienden que ahora puede romperse.
Finalmente, los padres inciden en que su petición no supone
un ataque a la Dirección Provincial ni al profesorado.
Además, consideran que el problema puede resolverse pues hay
“cuatro plazas vacantes” en el centro.
Tras la entrega de la carta esperarán acontecimientos hasta
mediados de agosto, cuando se sepan los destinos de los
docentes. En este sentido, anuncian que llegarán “hasta las
últimas consecuencias” si no consiguen lo que se proponen.
“Sondearemos la posibilidad de emprender medidas en otras
instancias”, señalaron.
La realidad que está detrás de esta problemática es la de
una profesora, con plaza fija en otro centro, destinada
eventualmente al Ortega y Gasset en una comisión de
servicios. Según fuentes educativas consultadas, éstas, por
lo general, no pueden extenderse más allá de dos años.
Además, lo normal es que quien tiene la plaza fija en un
centro esté ocupándola, no en otro lugar.
Por su parte, desde Comisiones Obreras, se mostraron
favorables a otorgar comisiones de servicios siempre que no
haya perjuicios a terceros y cuando las peticiones cumplan
los requisitos. En principio la central no estaría
disconforme con que se dejara permanecer en el cargo a la
docente sólo que el Ministerio de Educación impone el
carácter restrictivo para las comisiones y además, se corre
el peligro de crear un “efecto dominó”. “Comisiones diría
que sí a esta comisión de servicio y a todas las que tengan
una razón de ser”, afirmaron.
La problemática del traslado forzoso por no haber renovado
una comisión de servicios no es exclusiva del Ortega y
Gasset, aunque los padres de este centro hayan sido los
únicos que hasta ahora la hayan sacado a la luz. Otros
colegios pueden estar en la misma situación, que de
continuar, podría desestabilizar el sistema.
De esta forma y según los preceptos que el Ministerio de
Educación impone para las comisiones de servicios educativas
CCOO se agarra a la máxima de que se debe actuar de forma
consecuente en todos los casos: sí a todos o a ninguno.
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