El presidente de Bermudo Soriano de las Letras, Hamed Chaib,
critica falta de limpieza en el entorno y en su propia
barriada. Según informó a este periódico, la presencia de
culebras, ratas y cucarachas ha crecido en las últimas
semanas, por culpa del estado que presenta una parcela
arbolada anexa al patio de vecinos. Además, la rotura de
“ocho alcantarillas” ha provocado, según él, la filtración
de aguas fecales, que impide el funcionamiento de al menos
dos ascensores.
No suele prodigarse en los medios de comunicación, pero
Bermudo Soriano ha llegado a tal punto de hartazgo que su
presidente vecinal, Hamed Chaib, quiso denunciar el
“abandono” que están sufriendo estos últimos meses.
Los vecinos manejan un abanico de asuntos que les está
molestando en las últimas semanas. El primero de ellos tiene
que ver con la suciedad. Aseguran que en la parcela anexa,
propiedad privada, está proliferando la aparición de
culebras, ratas y cucarachas. “Exigimos al dueño o a la
dueña que lo limpien o, si no, tendremos que denunciarlo”,
comentó Naima Mohamed. Chaib manifestó que en esta parcela
hay varias alcantarillas rotas, al menos ocho, y que eso
está provocando filtraciones de agua que perjudican
directamente a los bajos de los edificios.
En esta barriada existen cinco bloques de viviendas y en dos
de ellas, los ascensores están sin funcionar, ante el riesgo
de que se produzca un cortocircuito. La planta del reducto
del ascensor tiene un metro de agua sucia, por lo que la
base del ascensor se empaparía de agua en caso de funcionar.
En el apartado de suciedad, esta no es su única
reivindicación. Las jardineras de la entrada a los edificios
presentan un estado muy lejos de su estado más óptimo. La
basura, la falta de plantas y la aridez de la tierra impiden
que haya brotes. La llegada de las Brigadas Verdes se antoja
como fundamental, pero Chaib no vería mal que se le
proporcionara una toma de agua para regar él mismo estas
jardineras y tenerlas cuidadas.
Pero quizá, su reivindicación más concienzuda pasa por el
local social. “Estamos discriminados, porque hay barriadas
cercanas que cuentan con hasta tres locales -no todos para
la Asociación de Vecinos- y nosotros no tenemos ninguno,
cuando ya llevamos 20 años aquí”, comentó Naima. Estos
vecinos ven una posibilidad en un solar al descubierto que
hay enfrente de sus casas y en el que aparcan casi una
decena de coches. “Son cien metros cuadrados aproximadamente
y los necesitamos para los niños, sobre todo”. Hamed Chaib
cree que con esta edificación se paliaría una necesidad
primordial para los críos: “Se les podría enseñar religión y
se podrían hacer actividades culturales que ahora mismo se
tienen que hacer en casas de 78 metros cuadrados”.
Tanto Chaib como Naima aseguran que están “hartos” de
escribir escritos y que no les hagan caso. “A partir de
ahora tendremos que reivindicar de otra manera”.
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