El último informe sobre Inmigración y Mercado de Trabajo,
publicado este mismo mes, concluye que el colectivo de
empleados extranjeros que más incrementa su número de
parados es el marroquí, la tercera nacionalidad con mayor
población trabajadora en España y cuya tasa de desempleo se
situó, a finales de 2008, en el 35%. Aunque el retorno a
Marruecos “no tiene dimensiones importantes”, sí se
considera “mayor” que antes de la crisis, sobre todo, en el
caso de las mujeres e hijos.
El perfil del trabajador extranjero al que más está
afectando la crisis en España coincide con el de la mayoría
de los inmigrantes que trabajan en Ceuta, pues se trata de
marroquíes y se centra sobre todo en el sector de la
construcción, uno de los que, junto al servicio doméstico en
el caso de las mujeres, más empleo les ofrece en la ciudad
autónoma.
Siempre según cifras oficiales, y sin que se pueda tener en
cuenta el trabajo “sumergido”, las últimas estadísticas del
Ministerio de Trabajo disponibles, correspondientes al
pasado mes de abril, cifran en 2.460 el número de
inmigrantes dados de alta en la Seguridad Social en Ceuta,
de los cuales, 2.199 proceden del vecino país. Por sectores,
la construcción da trabajo a 682 trabajadores que no
proceden de la UE, lo que representa un 42% del empleo de
los afiliados extranjeros.
En el informe ‘Inmigración y mercado de trabajo 2009’,
realizado para el Observatorio permanente de la Inmigración
por el sociólogo Miguel Pajares, se señala, en cuanto a los
extranjeros con residencia en España, que los marroquíes
son, tras los rumanos, el segundo grupo que más crece, con
un 10,6 por ciento en 2008 respecto al año anterior. En
Ceuta había, a 31 de diciembre del pasado año 4.045
residentes extranjeros censados, 440 más que el año
anterior.
Más nuevos parados
En el documento se recoge que “en términos absolutos,
quienes más nuevos parados aportan son las tres
nacionalidades con mayor población trabajadora, Rumania,
Ecuador y Marruecos”, pero añade que de las tres, la que ve
incrementado en mayor medida el número de desempleados es la
que tiene un menor número de ocupados, la marroquí. Como
conclusión, el investigador plantea que el desempleo está
afectando más a los marroquíes, que “eran los que ya tenían
un mayor número de parados antes de 2008, y en este año son
los que han sumado un número mayor de nuevos parados”.
“Pero, además -añade-, sus nuevos parados proceden
principalmente de la pérdida de ocupados, y no del aumento
de población activa, como ocurre con otros colectivos,
especialmente el rumano”. Con todo, la tasa de desempleo de
los marroquíes se ha situado en el 35%, unos 15 puntos por
encima de la de los otros dos colectivos mayoritarios, y 14
puntos por encima de la media de la población extranjera.
Por otra parte, Pajares hace constar que los responsables
entrevistados de entidades que dan servicio a los
inmigrantes “señalan que los marroquíes se vieron muy
afectados desde el inicio de la crisis por la caída de la
actividad en la construcción, especialmente porque estaban
muy concentrados en este sector, pero también porque entre
la población trabajadora marroquí hay una proporción de
trabajadores poco cualificados mayor que en otros grupos y
sus posibilidades de recolocación han sido menores”. Según
el autor del informe, algunos de los entrevistados han
señalado que desde principios de 2008 se han encontrado “con
muchos inmigrantes que cuando perdían el trabajo en la
construcción ya no encontraban otro, ni en ese sector ni en
ningún otro, y que los marroquíes han destacado entre los
que han sufrido esa situación”.
Todos estos datos llevan a considerar al sociólogo que
“estamos ante el coletivo que se está viendo más castigado
por la crisis económica”.
En el informe se destaca asimismo que incluso se están
planteando problemas de conservación de las autorizaciones
de residencia permanentes por causa del desempleo. “Muchos
inmigrantes marroquíes tras haber perdido el trabajo
(especialmente en la construcción), optan por irse a pasar
una temporada a Marruecos”, explica, para agregar que
“quienes cuentan con autorización permanente (muchos
marroquíes la tienen porque son un colectivo de inmigración
relativamente antiguo y asentado) creen que su derecho de
residencia en España ya no está en cuestión, pero se
equivocan, porque la normativa deja claro que haber estado
más de 12 meses fuera del país en el período de vigencia de
la tarjeta de residencia (cinco años) es motivo de pérdida
de tal derecho”.
Aunque el retorno a Marruecos, el experto ha constatado que
“no tiene dimensiones importantes”, sí se revela como “mayor
que antes de la crisis”. Además, los hombres marroquíes “no
se están planteando el retorno”, pero “se dan muchos casos
en los que se queda el marido y se vuelve a Marruecos la
mujer con los hijos o se quedan ambos cónyuges y se envían a
estos últimos a su país”.
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