Fue Norberto Bobbio quien escribió la propuesta de
TRANSVERSALISMO IDEOLÓGICO. Basaba esta propuesta en tres
aspectos: Paz, Derechos humanos y Democracia, de forma tal
que ante la realidad social se adopta una postura de
flexibilidad contínua, más parecida a una predisposición
positiva (talante) que a una postura definida ante las
soluciones para los diversos problemas a los que ni el
socialismo, ni el liberalismo, y mucho menos los
nacionalismos han podido ofrecer.
¿Pero qué es ser transversal? Ser defensor de los derechos
humanos es ser transversal, ser demócrata es ser
transversal, ser laico es ser transversal. En economía ser
transversal es favorecer que los organismos reguladores del
mercado y las autoridades internacionales financieras
“pesen” en las decisiones, pero no para regular el mercado
hacia donde interesa a algunos, sino precisamente para que
la equidad y la justicia imperen. Esto nos aleja de los
neoliberales de forma absoluta. También de los socialistas,
en los que determinadas políticas imperarán aún a costa de
cargarse el tejido empresarial.
Si algo que no pueda soportarse más es el contínuo bombardeo
mediático por parte de los políticos más representativos de
los partidos mayoritarios, que intentan a modo de luz de gas
ocultar la realidad subyacente de corruptelas generalizadas,
instrumentalización de la política para enriquecerse y dar
por sentado que la forma (la única forma) de hacer política
es la pelea pública, los acuerdos basados en el mutuo
beneficio y el reparto de la “tarta” para que todos los
“amiguetes coman” de la “olla pública” (como me decía un
viejo correligionario socialista, entonces amigo).
A todo ese lamentable escenario hay que añadirle que por
mucho que se empeñen algunos las denominaciones clásicas:
izquierda, derecha, centro, demócrata-cristianos,
socialdemócratas, comunistas, anarquistas, etc…) su
proyectos se han agotado en el tiempo y el espacio,
debiéndose enfrentar con la realidad de que sí existen otras
ideologías, ( si Vd. quiere neoideologías) que pueden
resolver los problemas de la res pública de una manera
eficiente, ante el fracaso evidente de las soluciones que
aportan los que quieren seguir siempre siendo y dando más de
lo mismo. Ni se resuelven los problemas de la participación
política, ni se resuelven los problemas de la ciudadanía.
Ante este evidente secuestro del pensamiento ciudadano
surgen nuevas corrientes políticas que podemos y debemos
llamar transversales, contrapuestas a soluciones políticas
de tipo clásico como hemos dicho anteriormente, o también
contrapuestas a soluciones de tipo populista (como ejemplo
el PP ceutí, y que comparte el PSOE en algunos aspectos).
Este tipo de partidos populistas se configuran como partidos
de tipo clientelista sin ninguna aspiración ideológica más
allá de conseguir el poder y en algunos casos (los menos)
hacer la gestión mejor posible. Así se explica la
fagocitosis indiscriminada de Ceuta Unida y del GIL. Son
partidos absolutamente pragmáticos, ya que no importa de
dónde vengas, ni quién seas, solo importa que sigas al que
manda y cultives el terreno que te digan.
Por eso una tercera elección para la ciudadanía es UPyD, un
proyecto en progresivo crecimiento y que con ideología
propia claramente definida e inmersa en la realidad de día a
día donde nuestros conciudadanos tienen que sobrevivir a
pesar de nuestros gobernantes y a pesar de los partidos al
uso.
* Coordinador Territorial de UPyD
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