El viernes estuve en la Expoceuta
’09. Y, aunque ya lo menciono en la miscelánea semanal,
quiero que en esta galería quede constancia del
acontecimiento. Porque la Feria está muy bien. Aunque los
exigentes dirán que necesita muchas mejoras. Y seguro que
tendrán sus razones. Mas es preferible que la cosa vaya de
menos a más. De modo que el año próximo las empresas acudan
a exponer convencidas de que el público ha respondido a la
llamada y que los resultados obtenidos merecen una
superación en todos los aspectos.
Ideal es el lugar donde está situada la Primera Feria
Multisectorial de comercios e industrias y primer salón del
automóvil. Sí, ya sé que los visitantes se quejan del calor
reinante. Pero tampoco Ceuta en esta época, al menos de
momento, alcanza grandes temperaturas. De cualquier manera,
no creo que sea imposible adelantar algunas fechas la Feria,
en la siguiente edición. Con el fin de que nadie diga que se
suda la gota gorda en el Parque Deportivo Juan Carlos I.
El ambiente que reinaba el viernes en el interior del
pabellón era realmente bueno. Y en los exteriores también. Y
las casetas expositoras merecían mucha atención. Unas más
que otras. Como es lógico. Las señoras acudían presurosas a
ver las novedades que presentaba ‘Alta cocina Julián
Muñoz’. Distribuidor de muebles de cocina y
electrodomésticos.
Conviene reseñar que el gerente de la firma –Julián Muñoz,
hijo- no daba abasto a atender a las muchas personas que se
interesaban por conocer detalles sobre lo allí expuesto. Y
es que las mujeres, sin duda, suelen pirrarse por los
muebles de cocina. No olvidemos que en esa estancia se pasan
muchas horas.
Debo decir que el viernes estuve en la Feria por la mañana y
por la tarde. Que afronté la doble sesión sin ningún miedo
al calor. Miento: la una y media de la tarde ya no es tiempo
que forme parte de la mañana. Que fue el horario que
elegimos Ángel Muñoz, gerente de esta Casa, y yo para
barzonear por la Feria.
A esa hora, más bien la idónea para tomar el aperitivo, ya
estaba allí Juan Vivas hablando para la televisión
pública. El presidente iba acompañado de su séquito
particular y de otras muchas personas que se suelen unir al
cortejo a medida que lo ven pasar. Con lo cual la columna de
seguidores aumenta y la impresión que causa tan numeroso
acompañamiento es sencillamente espectacular.
Terminada su intervención televisada, Vivas enfiló el camino
hacia una de las salidas que tiene el pabellón. La que daba
justamente al sitio donde yo charlaba con algunos conocidos.
Así que miré de frente a la primera autoridad municipal. Y
ésta, además de mantenerme la mirada, dio pruebas
inequívocas de que no desechaba mi acercamiento. Y ni
siquiera vacilé lo más mínimo en salir a su encuentro para
saludarle y recordarle algo que nuestra amistad nos permite.
Ya que ambos, aunque a veces disentimos, no optamos por
retirarnos la palabra.
Pero tanto el presidente como yo nos percatamos, con
celeridad, de que ni el sitio ni la hora ni el ambiente
festivo que en la explanada se respiraba, eran propicios
para hablar acerca de un asunto que en las últimas semanas
nos ha hecho dudar a los dos. En fin, no creo que haya que
esperar a otra feria para que aclaremos posturas.
|