La empresa andaluza Dolmen cuenta con 16 días, hasta el
próximo 5 de junio, para llegar a un acuerdo con la entidad
de Caja Madrid y conseguir liquidez para poder continuar con
las obras. De otra forma, la principal empresa subcontratada
de las promociones de Huerta Téllez, Syscon, se verá
obligada a embargar, ya que el primero de los préstamos le
vence el 5 de julio.
El caso de las viviendas de Dolmen tiene una fecha límite,
el 5 de julio, un punto de inflexión a partir del cual la
historia podría dar un giro decisivo hacia la paralización
definitiva de la obra. Se puede decir que la construcción de
estas 211 viviendas está en suspenso, en stand by, en coma,
pero todavía con posibilidad de recobrar vida. Las obras
fueron paradas a finales de febrero de este año, cuando la
principal empresa subcontratada, Syscon, no pudo negociar
los pagarés emitidos por Dolmen, ya que los bancos se
negaron, al encontrar que la empresa andaluza no disponía de
solvencia como para abonarlos.
El 5 de julio es la fecha de vencimiento del primero de los
pagarés que tendría que cobrar Syscon, una empresa ceutí,
cuyo cometido consiste en el revestimiento exterior e
interior de cada una de las ocho plantas con las que contará
esta promoción de viviendas de protección gestionadas a
través de la empresa privada Dolmen. Hasta el momento,
Syscon se ha visto obligada a detener la obra, para evitar
gastos que después no podría recuperar. Sin embargo, desde
esta compañía esperan que haya un acuerdo y que puedan
reanudarse las obras. El punto de inflexión podría llegar el
día 5, día en el que vence este pagaré, ya que de no cobrar
por los servicios prestados, Syscon no tendría más remedio
que acudir al embargo.
Dolmen aseguró hace una semana a este periódico que las
negociaciones con Caja Madrid estaban avanzadas y esperaban
reanudar las obras este mismo mes, asegurando, incluso, que
iban a cumplir con los plazos de ejecución anunciados en un
primer momento, esto es, junio de 2010, algo que se entiende
como posible para las 66 primeras viviendas, pero imposible
para el resto de la promoción, ya que la cédula de
habitabilidad no se entregaría hasta que todos los vecinos
pudieran empezar a vivir en sus propiedades.
Los afectados se mantienen a la espera y dan un voto de
confianza a Dolmen para que solvente sus problemas.
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