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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 17 DE JUNIO DE 2009

 
OPINIÓN / COLABORACION

Un partido para el siglo XXI

Por Julián Domínguez


Vamos a continuar hoy con nuestro posicionamiento político respecto al resto de partidos. Frente a aquéllos que piensan que hace falta incardinarse en un bloque político claramente definido y a la antigua usanza (izquierda-derecha, demócrata-cristianos, liberales, radicales, etc...), nacen nuevos partidos políticos por la necesidad de una sociedad que entró en crisis de sus valores fundamentales y ante la indiscutible expresión de la ciudadanía que ya en febrero de este año en la encuesta del CIS en más de un 60% dice que NO CREE EN LA POLÍTICA. No es de extrañar: trileros, ministros que no saben que hay que tener una licencia de caza en cada comunidad autónoma (lamentablemente), diputados chuletas, parlamentarios vagos que ni acuden a los plenos, ministras que no saben la diferencia biológica entre un ser vivo y otro por su diferente composición cromosómica, engaños públicos de creación de ministerios como el de Deporte, etc... asuntos ni siquiera dignos de una república bananera. Si esta ensalada política la aderezamos con las entradas en la arena política de engendros como el GIL o el partido de Ruiz Mateos (no voy a citar a candidaturas de pequeña cuantía como la de Ciudadanos Cabreados y Agobiados, etc...), ¿cómo va a creer en la política la ciudadanía? Se les ha engañado una y otra vez. Se les promete una y otra vez durante las campañas, y hasta se les utiliza pidiendo su voto por lo que se les dió en determinado Plan de empleo, o en determinada convocatoria. Por muchos está asumido que quien llega al poder lo utilizará para beneficiarse del mismo y para beneficiar a sus amistades. El nepotismo elevado a la enésima potencia, ya quisiera Maquiavelo en El Príncipe dar algunas lecciones sobre el ejercicio del poder más abyectas que las que nos ofrecen algunos de los políticos actuales. Fíjense si no, aparece el debate del aborto justo antes del debate del estado de la nación, y luego, fútbol, mucho fútbol, además ahora que somos los mejores y jugamos en la champions.

Pero vamos a lo nuestro, aunque en esta entrega solo daremos algunas pinceladas, sin querer ser exhaustivos y posteriormente analizaremos temáticamente cada uno de los aspectos diferenciales comparándonos con otros partidos. Para empezar diremos algo del modelo territorial que parece ser la madre de todas las batallas entre la periferia y el centro. Ni conseguimos ser un estado federal, ni confederal, ni regional, ni verdaderamente autonómico, y ya mucho menos centralista. Somos un modelo asimétrico, heterogéneo y las más de las veces surrealista e incoherente.

COHESIÓN NACIONAL: una de las diferencias fundamentales con el PSOE está en nuestra absoluta oposición a las esquizofrénicas propuestas de algunos nacionalistas defendidas por PSOE e IU, no solo por su secesionismo, sino también por su cuestionamiento de los símbolos constitucionales, y en su menor grado por su egoísmo y falta de solidaridad con el resto del Estado. Solo hay que analizar el Estatuto de Cataluña, y su gobierno uno de cuyos elementos se declara INDEPENDENTISTA; o mejor aún, la reciente votación para intentar consolidar de forma más que efectiva y unánime el concierto económico vasco. La “izquierda” se parte el pecho por ello, y nada menos que el supuesto partido consolidador de la unidad nacional, el PP, también vota a favor: unanimidad, si no fuera porque hay un diputado de UPyD que votó en contra. Una vez más la supuesta izquierda más “defensora del progresismo” que nunca y más “revolucionaria” que nunca, se presta a defender a las arcaicas instituciones forales, y a eso echan una mano los “liberales” de la supuesta “derecha”. Esto es un ejemplo de como se acaba no creyendo en la política. UPyD sí defiende lo mismo en el País Vasco que en el resto de España. Si queremos ser más iguales tendremos que eliminar privilegios. De esa forma el modelo territorial será uniforme y los ciudadanos serán más iguales. Este igualitarismo solo puede conseguirse mediante la solidaridad entre los pueblos de España. Y precisamente no es la izquierda la que está dando ejemplo de ello como se puede demostrar.

EDUCACIÓN y SANIDAD: Devolución de las competencias al Estado. El desarollo del modelo territorial que acercaba la Administración Pública en nombre del artículo 103 de la Constitución Española mediante la descentralización y la desconcentración del poder político a la ciudadanía, acaba convirtiéndose en los Reinos de Taifas, se olvidaron de la parte final de la frase constitucional: coordinación. Ya a todos les parece normal que haya 19 programas educativos (ó 18 si contamos juntos a Ceuta y Melilla que dependen directamente del Ministerio de Educación), 19 calendarios vacunales infantiles, 19 servicios de vigilancia epidemiológica, 19 planes de salud (si es que han hecho sus deberes todas las comunidades y ciudades autónomas), y un largo etcétera. Las comunidades pelean por llevarse más competencias, más dinero y consecuentemente “colocar” a más correligionarios de sus partidos. La tasa de fracaso escolar es un ejemplo deleznable de esta situación, a la que no puede dársele una respuesta uniforme en todas las comunidades autónomas dadas sus competencias. Si a eso le unimos propuestas difícilmente realizables en todo el territorio nacional como la de la entrega de ordenadores portátiles a toda una cohorte infantil, haremos aún menos igualitario nuestro Estado Español. La perversión en el desarrollo de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que de ser un elemento de formación en valores para el futuro ciudadano, se ha convertido en una defensa panfletaria de la política coyuntural de algunas comunidades autónomas. Añadir problemas sanitarios como las surrealistas situaciones de traslados de pacientes entre comunidades autónomas con devolución consiguiente porque “a mí no me toca” (La Rioja-Aragón-País Vasco) este by-pass o esta coronariografía, es algo incomprensible en un Estado que ha alardeado de su antigüedad y de su presencia como líder en un período de la historia mundial. Y si nos ponemos a analizar las respuestas tanto en la Pandemia Gripal, donde determinadas comunidades autónomas en aras de no sé qué conocimiento científico quieren medidas diferentes a otras, o como en algunos programas de salud que debieran ser estatales y en donde las diferencias son tan abismales, que desde luego nos hace infinitamente menos iguales (tuberculosis respiratoria, p. ej.).

SEPARACIÓN EFECTIVA DELOS PODERES DEL ESTADO: está claro que la intromisión del Poder Ejecutivo en el Poder Judicial es la nota dominante de la última legislatura y gran parte de la presente.Sin la independencia a ultranza del poder judicial España está condenada a plegarse por sentencias trascendentales al libre albedrío del Poder Ejecutivo.

En cuanto al LAICISMO, si realmente se es tan “progresista” como algunos se autotitulan, porqué no denuncia el Concordato y se actualizan las relaciones con el Vaticano. Que la religión esté al margen de las decisiones políticas es algo que no solo refuerza al Estado, sino que hace ir de la mano, como en las listas de UPyD a cristianos, judíos, ateos, musulmanes,... porque la religión solo debe estar en el ámbito privado de la persona. La reforma del artículo 16 de la Constitución Española es necesaria, y además se debe realizar con mesura respetando la historia y las relaciones con la Santa Sede, pero teniendo claro que un estado laico, no es un estado aconfesional.

Respecto a la política antiterrorista, el rechazo al diálogo del gobierno con ETA, asunto que más dolor ha producido a muchas familias españolas, ha sido y será nuestra gran diferencia. Con los terroristas no se dialoga, se les combate democráticamente y con la fuerza de la legalidad vigente.

ECONOMÍA-FISCALIDAD: que la crisis económica tiene componentes internacionales nadie lo duda, pero que la acción gubernamental ha conseguido agravarla yo creo que tampoco nadie lo duda. Medidas parciales, inconexas, basadas en antiguas recetas que solo nos van a llevar a aumentar los costes sociales sin mejorar la productividad, han llevado a España a donde está: en la tasa de paro más alta de la UE. Ya ni Solbes creía en la propia capacidad del ejecutivo al que pertenecía. Los organismos reguladores del mercado han fallado, las previsiones económicas han fallado, los presupuestos generales del Estado se hicieron mal, y como consecuencia para el pobre ciudadano pagador impenitente: te suben la gasolina, bueno, para mejorar la salud de todos (y te suben el tabaco, lo que no está nada mal también y me refiero a la salud de tod@s). Esa es la forma fácil de gobernar, si me falta para llegar a fin de mes, pues subo los impuestos. ¿Y si nosotros no llegamos a fin de mes? No hay problema. Nos prometerán otros 2.500 euros por hijo, nos descuentan 400 en el IRPF, o lo que haga falta. Medidas como las citadas no han llevado más que a un aumento superfluo del gasto público que en el contexto individual mejoran muy poco la situación socioeconómica del contribuyente, cuando realmente la mejora en guarderías por poner un ejemplo sí supone un avance y es una necesidad social. Y mejor ni hablar del dinero que el Estado ha prestado a los que han estado ganando dinero durante tanto tiempo a costa de todos, y además a los que han malgestionado nuestro dinero comprando bienes mobiliarios de dudoso valor.

Mientras el PSOE se preocupa básicamente por el individuo en un concepto ideológico trasnochado y así lo cita reiteradamente; UPyD se preocupa ante todo por el/la ciudadan@, ese concepto helénico a recuperar, que con listas abiertas, elección directa de algunos cargos, como nuestr@ Alcalde-President@ de la Ciudad Autónoma, y con la limitación de mandatos, evitando situaciones chavistas de inescrutable trascendencia para la evolución de este primer período democrático de España en el siglo XXI en algunas zonas de España.

En definitiva, se puede ser del Barça o del Real Madrid y ser de UPyD, no le va a pasar nada. Y además muchos nos hemos animado por el ejemplo de personas como Sabater, Mikel Buesa, Boadella, Aurelio Arteta, Álvaro Pombo,… que llevan años luchando por la sensatez y por la democracia, y también por la Constitución.

En un análisis postelectoral de las generales del 2008, se dice que los que optaron por apoyar la candidatura de Rosa Díez parecen tener un perfil escorado hacia la “izquierda” en temas de contenido ideológico (inmigración, gasto social, adopción por parejas homosexuales, religiosidad…), en cambio en temas territoriales y de política antiterrorista, por el contrario, tienen una postura mucho más cercana a los “populares” que a los socialistas, de acuerdo también a su posición en la escala de “españolismo”. Respecto a su procedencia, en su mayoría provienen del PSOE (36,2%), el PP (27,8%) o la abstención (22,9%). Está claro que hace falta un tercer gran partido nacional. Un partido equilibrado ideológicamente, un partido por y para el siglo XXI.
 

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