El objetivo de la segunda campaña de excavación de la Carta
Arqueológica del Norte de Marruecos, proyecto en el que
participan, entre otros, investigadores de las universidades
de Cádiz y Tetuán, es el estudio de dos yacimientos de época
púnica y romana, respectivamente, encontrados por el equipo
en 2008. El grupo, cuyos componentes españoles partieron
ayer desde Ceuta, participará también en el Plan Estratégico
de Tamuda. En esta ocasión, la búsqueda se centra en la zona
costera entre Cabo Negro y la ciudad autónoma.
El entorno histórico de Ceuta comienza a desentrañar sus
secretos con el desarrollo de la Carta Arqueológica del
Norte de Marruecos, proyecto del que hoy comienza la segunda
campaña de excavación. La parte española del equipo, formado
también en un 50% por investigadores marroquíes, partió ayer
desde Ceuta con destino a Tetuán. En esta ocasión, se trata
en su totalidad de miembros de la Universidad de Cádiz
(UCA), que coordina el programa en colaboración con la
Universidad Abdelmalek Esaadi (UAE) y el Instituto Nacional
de Ciencias de la Arqueología y del Patrimonio (INSAP), de
Rabat.
Tal como explicó el codirector del trabajo por parte de la
UCA, el arqueólogo ceutí Darío Bernal, en esta ocasión, la
tarea de los investigadores se centrará en la excavación de
dos de los casi cien yacimientos que se localizaron durante
las prospecciones del pasado año. En concreto, la zona de
estudio abarca desde Cabo Negro hasta Ceuta y e incluye, por
considerarse los de mayor importancia, dos enclaves de época
púnica y romana, respectivamente. El primero de ellos está
situado en el área periurbana de Tetuán, en un lugar llamado
Kitane, y está datado entre los siglos V y II a. C. El
segundo es una fábrica de salazón, similar a las que se han
hallado en Ceuta, con un taller de producción de púrpura
(tinte muy apreciado en la antigüedad) cuya datación se
sitúa en época altoimperial, en el siglo I d. C. y que se
halló en la orilla derecha del río Martil.
El sistema de trabajo general empleado en la elaboración de
la Carta, aparte de la recopilación bibliográfica
desarrollada sobre todo el pasado año, es el de
prospecciones arqueológicas superficiales. Según la describe
Bernal, se trata de una labor “tanto intensiva, de peinado
de la superficie, como selectiva, en la que se investiga en
concreto aquellos lugares en los que hay evidencias de
poblamiento antiguo o que por situación topográfica o
condiciones medioambientales se cree que son susceptibles de
haber tenido una ocupación de época medieval, romana,
fenicio-púnica o prehistórica”.
El trabajo de campo de la primera campaña, que se llevó a
cabo en el valle del río Martil, ofreció resultados tan
“espectaculares” como la localización de cien nuevos
enclaves arqueológicos porque según subraya el profesor de
la UCA, los únicos trabajos existentes hasta la fecha en la
zona correspondían prácticamente a la época del Protectorado
español. Bernal destaca que el área que se estudiará durante
el próximo mes se encuentra en estos momentos en proceso de
urbanización, por lo que “resulta muy probable que se vayan
perdiendo muchos restos”.
El próximo año está previsto continuar con la zona que va
desde Ceuta hasta Alcazarseguer.
El programa para esta nueva campaña contempla además, como
parte de la colaboración que la UCA mantiene con la
Universidad de Huelva y la Junta de Andalucía, la
participación del grupo en el denominado ‘Plan Estratégico
de la ciudad de Tamuda’, una ciudad fenicia, púnica y romana
y un campamento militar del bajo imperio romano situado
también en los alrededores de Tetuán. En este caso, se trata
de una actuación arqueológica de apoyo a la conservación.
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Un programa de investigación de cinco años financiado por la
AECI
El proyecto que se realiza en la
zona norte de Marruecos colindante con Ceuta cuenta con
financiación de la Agencia Española de Cooperación
Internacional (AECI). Con una previsión quinquenal, abarca
desde 2008 a 2012 y cuenta con antecedentes destinados a
“intensificar las relaciones hispano-marroquíes” en materia
arqueológica en el ámbito del denominado ‘Círculo del
Estrecho’. Entre estas relaciones previas se cuenta la
colaboración científica entablada en 2003 entre las
universidades de Cádiz y Tetuán. Por otra parte, la UCA
cuenta con experiencia previa en la elaboración de Cartas
Arqueológicas, una de ellas, la de Ceuta, llevada a cabo en
el año 2000.
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