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OPINIÓN - MARTES, 16 DE JUNIO DE 2009

 

OPINIÓN / EL MAESTRO

Transmisora de valores
 


Andrés Gómez Fernández
andresgomez@elpueblodeceuta.com

 

En este curso finaliza la docencia una conocida maestra de nuestra ciudad, vinculada desde las Antiguas Anejas del Instituto al C.P. “Maestro Juan Morejón”, con 47 años de Magisterio oficial. ¡Casi medio siglo! Se trata de Pepita Mateos Artola.

El homenaje de despedida tuvo lugar en un céntrico restaurante de nuestra ciudad, el pasado día 11 de Junio, rodeada de compañeros, amigos y familiares. Un acto muy emotivo, teniendo como punto final unas palabras de la Sra. Directora, Dª. Mari Loly, que con voz entrecortada por el significado del acto, hizo una breve semblanza de la ejemplar maestra. Pudo más la emoción.

Me acordé, en esos momentos, de mi primer maestro, en este caso una maestra, Dª. Victoria, que era la titular de aquella unidad escolar, que se llamaría Parvulario. Asistíamos a esa clase niños y niñas, y, probablemente, yo no me lo pasaría mal. Era el curso 43-44. No sé lo que me pasó, por unos minutos, para relacionar a Dª. Victoria con la Sta. Pepita. Posiblemente la gran admiración que siempre he sentido por la labor desarrollada por las maestras.

Pero he de seguir con la Sta. Pepita. En nuestro Colegio se publica trimestralmente la Revista Escolar llamada “Mi Colegio” con quince años de existencia. En la misma, la Sta. Pepita se responsabiliza, en esta ocasión, del Editorial, dando da a conocer datos sobre su formación, su participación en las actividades extraescolares, su amor a la escuela a su familia y a su ciudad. Y un breve mensaje para todos: “Es importante en esta profesión trabajar a gusto, con buenos compañeros”.

En páginas interiores de la Revista Escolar, varios escolares realizaron una amplia entrevista, con una extensión de cuatro páginas. Recoge sus comienzos, trayectoria, análisis de la enseñanza actual y anterior y una anécdota: “Utilizábamos en aquellos momentos la Enciclopedia Álvarez. Teníamos que estudiar el final del reinado de Felipe II, que mandó construir el Monasterio de El Escorial. Repasamos en clase y a un alumno que le “costaba” la lectura, le ayudé a conocer el tema. A la salida del Colegio, le pregunté: “Manolito, ¿qué mandó construir Felipe II? Rápidamente contestó: ‘Galerías Preciados’ (Grandes almacenes). Manolito, hoy es un prestigioso arquitecto”.

Para todos aquellos que ya hemos pasado a la situación de retirados, sólo nos queda el recuerdo. En general, por los malos momentos que pasa la enseñanza en nuestro país, la mayoría de los enseñantes se acogerían a este “privilegio”. Claro, sin perjuicios económicos.

Yo estoy seguro que la Sta Pepita, auténtica maestra vocacional, diría que ella, no. De hecho en la entrevista que le hacen sus alumnos, dice: “Ser Maestra era mi gran ilusión. Ya desde pequeña, jugaba a ser la “seño”. A la pregunta “si no tuviese que jubilarse ¿seguiría en el Colegio? Sin lugar a dudas, fue su repuesta”. Echaré mucho de menos al Colegio, ya que mi permanencia en las aulas ha sido muy larga. El Colegio con los compañeros y mis niños me han dado vida, y a todos os voy a echar de menos. He tenido problemas familiares y personales, pero los educadores, siempre pensando en sus alumnos, éstos han hecho que los problemas quedaran en casa. Y prometo que más de una vez os visitaré.

Con la Sta. Pepita tuve la oportunidad de vivir una situación curiosa. Ella tenía que asumir la responsabilidad de dirigir el Centro por ausencia del Equipo Directivo. Era la más antigua. Yo, en mi tutoría, tuve un conflicto con un alumno, que se resistía a rectificar. Se lo llevé a su aula, con la esperanza de que el problema se resolviera. No pudo ser. A los pocos minutos regresó con el indisciplinado alumno, que lloraba sin consuelo. ¡No había aceptado encontrarse con niños chicos! (La clase de la Sta Pepita era un tercero de Primaria y el nuestro un 2º de la ESO). Así que nuestro alumno lo único que hizo fue alterar el orden de la clase de la Sta. Pepita. Fracasamos los dos, pero sí que me dio la fórmula para que el díscolo alumno nos dejara tranquilos: !Amenazarlo cuando volvía a las andadas con visitar de nuevo a la Sta Pepita!

En la aludida entrevista publicada en “Mi Colegio”, se recogen dos mensajes: para los alumnos: “Que el futuro de la sociedad española depende de nuestros estudios, recordando que hay valores que no deben perderse: respeto, esfuerzo, compañerismo, disciplina, solidaridad, tolerancia... El tiempo hay que aprovecharlo porque es como un tesoro que se pierde y no se recupera jamás”. Para los profesores: “Y a los maestros y profesores, que el mundo está lleno de personas que no saben leer ni escribir, hombres y mujeres. Aunque nuestra profesión no está dignificada, hay que insistir por medio de los educadores a incrementar la alfabetización de adultos y fomentar el aprendizaje de los jóvenes y adultos”.

Yo siempre he creído que mi gran compañera y amiga, Pepita Mateo, ha sido una entusiasta de la educación. Que siempre ha estado próxima a las directrices del P. Andrés Manjón, que en uno de sus libros afirma: “La educación tiene por base y fundamento la naturaleza del educando, y al hombre y a la naturaleza humana no se la reemplaza, sustituye ni desobedece, sino que se le respeta, dirige y perfecciona; el educador no es un suplantador de destinos y fines humanos, individuales ni sociales, sino un coadjutor de Dios en la obra magna de la perfección y regeneración de hombres y pueblos”.

Y, para cerrar, un breve comentario jocoso: “Si algunas de las actuales mujeres metidas en política, hubiesen sido alumnas de la Sta Pepita Mateos, sin dudas que el caminar de nuestro país sería bien distinto…”.
 

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