Si se ponen en su pellejo comprenderán mejor la historia. Un
total de 211 familias viven con la incertidumbre de saber si
el dinero que hasta este mes han pagado por vivir en un
nuevo hogar dejará de ser invisible y si los fantasmagóricos
cimientos levantados sobre Huerta Téllez serán finalmente la
casa de su vida. Ahora, más que nunca.
Mohamed, fontanero, es uno más de aquellos que decidieron
emprender una aventura hacia el futuro. Tenía pensado irse
con su novia, aunque las cosas se han torcido y ahora quiere
dar marcha atrás y recuperar el dinero invertido. “En Dolmen
me aseguraron que si quería irme de la casa podría hacerlo”.
Ahora, su padre le ha conseguido unos terrenos en otro sitio
y quiere dejar de pagar cuanto antes por unas casas que
desde febrero no avanzan. “Llevo dos meses yendo a la
oficina de Dolmen, pero solo está el arquitecto y nadie me
dice nada”, asegura. “Al principio te vendían muchas
facilidades, pero ahora, nada”, añade. Además, tiene claro
que no puede dejar de pagar la casa, porque de lo contrario
entraría a formar parte de la lista de morosos. Mohamed
abona todos los meses 600 euros, una cantidad que fijaron
los propios compradores en un principio. Una vez acabe la
obra, los propietarios abonarán el resto de la entrada. En
un principio pusieron 1.500 euros, luego, un fondo que sería
el que cada uno quisiera y, luego, mes a mes, los 600 euros
o la cantidad que cada uno hubiera pactado. Una vez
recibieran la casa, pagarían hasta completar los 36.000
euros de la entrada, que podrían hacerlo gracias, también, a
un préstamo de Emvicesa de 10.000 euros. “Estamos
preocupados de no poder recuperar el dinero, pero, por el
momento, los compradores no nos hemos puesto en contacto”.
Esta es la historia de Mohamed, una más de las 211 de una
novela que ninguno hubiera querido empezar y de la que
desconocen su final. Otros propietarios han creado una
dirección de correo (edif.airedelsur.ceuta@gmail.com) para
entablar un primer contacto entre afectados y establecer
alguna fecha para celebrar una reunión que les permita
cambiar impresiones y tomar alguna decisión. Hasta el
momento son pocos los que han contactado, pero todos han
mostrado su preocupación por el estado actual de sus
viviendas.
Éstas llevan paradas desde el 25 de febrero. Según ha podido
saber este periódico, una de las principales empresas
subcontratadas por Dolmen, Syscon Ceuta, se vio obligada a
parar la construcción al no encontrar ningún banco que
quisiera negociar los pagarés que les había entregado
Dolmen. Las entidades financieras consideraron y, todavía
consideran, que Dolmen no cuenta con solvencia como para
afrontar los pagos. Este mes es decisivo para la posible
reanudación de las obras. Aún quedan varias semanas para que
venza el plazo de cobro de los pagarés y Dolmen se encuentra
en plenas negociaciones con Caja Madrid, entidad en la que
mensualmente depositan su dinero los compradores.
Tal y como publicó EL PUEBLO la semana pasada, Dolmen fue la
empresa adjudicataria del concurso de adquisición de los
terrenos de Huerta Téllez, en los que se deberían construir
211 viviendas de protección, y cuyos precios de compra
oscilan desde los 121.401 euros a los 170.532. Dolmen
aseguró a este periódico que las casas estarían terminadas
en junio de 2010, fecha prevista en un principio, pero todo
hace indicar hoy que sería más que un milagro. Esta
promoción se compone de dos edificios. El primero de ellos,
de 66 viviendas y ocho plantas, está por terminar. Se ha
construido todo el esqueleto, pero falta el revestimiento
exterior de los dos últimos pisos y el acondicionamiento
interior de todas las plantas, un trabajo que desarrolla
Syscon y que les podría llevar casi medio año más. Mientras
tanto, las 150 viviendas restantes apenas se han elevado
unos metros y también serán de ocho plantas. Hasta que no se
termine la promoción entera no habrá cédula de habitabilidad
para ningún propietario. De momento, toca poner velas a un
santo.
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