Su historia comenzó un 27 de diciembre de 2007 cuando su ex
mujer presentó una denuncia por malos tratos en el Juzgado
de Instrucción de Ceuta durante el proceso de disolución de
su matrimonio, el divorcio. Meses más tarde, un uno de mayo
de 2008, el Juzgado de lo Penal número 2 dictaba sentencia
absolutoria a favor de Benito Zapatero ya que no existían ni
partes de lesiones ni denuncias previas y, hasta poco antes
del divorcio, el matrimonio había convivido en el domicilio
familiar con una vida prácticamente normal, cotidiana. Pero,
en ese periodo de transcurso, los retrasos de la Justicia
dañaron moral y psicológicamente a este ceutí que además
tuvo que abandonar su hogar siendo inocente; “todo por la
separación de los bienes gananciales ya que no hemos llegado
a un acuerdo porque lo quiere todo para ella”, confesaba.
Zapatero achaca su desgracia a la Ley contra la violencia de
género, con la que está de acuerdo pero estableciendo
límites. “Con esta legislación, a los hombres nos ponen al
borde del precipicio; ni siquiera nos escuchan, como me pasó
a mí, que tuve que soportar que en el juicio ella declarase
que no me quería meter en la cárcel pero sí quería echarme
de la casa. Y como yo, muchos amigos que han visto con las
mujeres y han aprovechado de estas denuncias falsas en las
que nosotros, siendo inocentes, salimos perjudicados”,
argumentaba el ceutí.
El próximo 16 de junio, Benito y su ex mujer se volverán a
ver la caras para presentar el inventario para el posterior
reparto de los bienes gananciales. Mientras tanto, él vive
en la localidad gaditana de Chiclana mientras que su ex
pareja sentimental continúa en el domicilio familiar
amparada en medidas provisionales “que no tienen ningún
sentido”. Una doble cara de una moneda que se creó para
legitimar los derechos de las mujeres, caminar hacia la
igualdad y evitar moratones que durante años, desde la
antigüedad, han estado ocultos en sonrisas y telas de seda.
Pero, como todo, siempre hay trampas y artimañas; “mientras
yo estoy de baja con depresión y un accidente de tráfico,
con ingresos mínimos de mi nómina de la Seguridad Social,
ella tiene ingresos que superan los 4.000 euros, una casa
que es de los dos e incluso le he ofrecido el trato de venta
y dividir los beneficios entre los dos. Pero ni en eso se
han quedado 33 años de matrimonio. Por eso lo único que
quiero es una ley justa e imparcial entre los sexos”,
reivindicada. Su propósito, a fecha actual, es dar a conocer
su historia personal para intentar “concienciar y romper
esta rutina que beneficia a la mujer” que, a su criterio,
afecta incluso a los garantes de la Justicia. “Incluso los
propios jueces están sometidos a la opinión pública y no se
atreven a ir contra ella. Ahora, todos los hombres son
maltratadores, pero ¿cuántas mujeres falsean?”.
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