Las actividades relacionadas con
el turismo son relativamente intensivas en mano de obra, y
por tanto, existen muchas expectativas relativas al efecto
del desarrollo del turismo sobre el empleo en Ceuta y sobre
los ingresos de la población activa. El turismo moviliza
sectores cuya capacidad de generación tanto de empleo como
de valor agregado es superior a la media de la economía y,
evidentemente, la Ciudad Autónoma no es ajena a ello. El
impulso que ha cobrado el turismo en los cincuenta años
últimos es uno de los fenómenos económicos más notables de
nuestro tiempo y, tampoco ahora Ceuta está ajeno a ello. La
actividad turística supone, además de la enorme movilización
de recursos económicos, un beneficio adicional para el medio
ambiente, la cultura y la eliminación de la pobreza, pues en
general supone una actividad menos contaminante que otras y
se ensambla a la cultura local que se transforma en un
atractivo para el turista. El turismo sirve de punto de
apoyo al florecimiento de la economía y a la expansión de
las pequeñas y medianas empresas. No obstante, los servicios
y, en especial, el turismo vienen creciendo a ritmos
vertiginosos en todo el mundo, y más allá de
circunstanciales escollos se requiere una perspectiva de
mediano y largo plazo. Para ello es importante observar las
dinámicas globales y sacar conclusiones aplicables aquí. De
ahí que además de esa visión global se deba contar con un
arma necesaria para el análisis: la estadística. El acuerdo
que se alcanzará a partir de este verano entre la Ciudad
Autónoma y el Instituto de Estudios Turísticos posibilitará
el conocimiento del porqué vienen, para qué viene y qué
piensan los extranjeros al elegir Ceuta como lugar de
llegada o de paso e ir mejorando día a día en la adaptación
de los gustos de visitantes con la impresionante base
potencial con la que cuenta la ciudad. Evidentemente el
turismo es un sector por explotar, pero por algún lugar hay
que empezar después de poner en valor el conjunto
patrimonial con el que se cuenta.
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