Cada uno con su particular estilo con la pala, la ministra
de Medio Ambiente, Elena Espinosa; el delegado del Gobierno,
José Fernández Chacón; el presidente de la Ciudad, Juan
Vivas; su consejera del ramo, Yolanda Bel, y el presidente
de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG),
Pedro Rodríguez, colocaron ayer en la explanada adyacente a
la desaladora de Ceuta la primera piedra de la que será su
segunda ampliación, una obra presupuestada en 15,5 millones
de euros que permitirá a Ceuta garantizar el suministro de
agua a sus empresas y ciudadanos “con recursos propios”.
Hasta la fecha de los 400 litros diarios que la
Administración General del Estado calcula que consume cada
ceutí al día el 71,5% ya procedía de esta planta, que empezó
a funcionar en 1998. Otro 20% llega a las viviendas desde
los embalses del Renegado y del Infierno, mientras que un
porcentaje cercano al 10% se toma de los manantiales de
Benzú-Beliones, ubicados en territorio marroquí y a los que
los empleados de ACEMSA acceden, en condiciones
excepcionales, a través del paso de la barriada ceutí.
Dentro de 16 meses, el plazo de ejecución previsto para
terminar los trabajos, que realizará la UTE Obras
Castillejos S.A.-Cadagua S.A., la ciudad contará por fin con
un grifo seguro capaz de producir los 28.000 litros de agua
al día que demanda la población local y la flotante que cada
día entra desde el país vecino.
Se logrará gracias a las dos nuevas unidades de
desalinización que se instalarán, capaces cada una de
producir 5.000 metros cúbicos “de agua desalinizada de
primera calidad”, con lo que su capacidad de generación
crecerá un 50%, pasando de 20.000 a 30.000. En un segundo
paso y a través otro bastidor la planta tendría capacidad
para producir otros 8.800 metros cúbicos de agua al día,
superando de largo las necesidades actuales y las que se
prevé que habrá a largo plazo (25 años).
Para dar cumplimiento al trámite formal de inaugurar
institucionalmente los trabajos una larga caravana de
vehículos oficiales se trasladó desde la Delegación del
Gobierno, donde minutos antes se había firmado el protocolo
de colaboración entre la Ciudad y el Estado en el marco del
‘Plan Nacional de Calidad de las Aguas 2005-2015’, hasta
Benítez, donde les esperaba un no menos nutrido grupo de
trajeados.
Control de vertidos
En una carpa instalada a tal efecto el presidente de la CHG,
Pedro Rodríguez, dio cuenta con la ayuda de varios paneles a
la ministra y el resto de autoridades de las actuaciones
previstas, que incluyen la ejecución de una nueva captación
de agua de mar y el equipamiento necesario para “el
tratamiento de los vertidos generados” (“si tiramos al mar
el agua que usamos habrá que hacerlo en las condiciones
precisas para que al desalinizarla no nos encontremos con
ningún problema”, advirtió).
Acto seguido, para refrescarse antes de volver a la solana y
para dar ejemplo como en su día lo hicieron otros ministros
comiendo carne de vaca, Espinosa, Bel, Chacón y Vivas
tomaron un vaso de agua “de la planta”, según subrayó la
ministra a las cámaras.
Los cinco se encaminaron entonces hasta el centro del solar
anexo, en el que Abraham y José, dos trabajadores, les
echaron una mano con la pluma, la hormigonera, el cemento y
la pala para colocar la tradicional ‘primera piedra’ de la
obra, una caja con apariencia de mármol “de lujo”, según
bromeó la ministra, con periódicos locales del día y otros
detalles simbólicos.
De vuelta a la sombra la gallega se felicitó por poder
completar su visita a Ceuta con tal acto: “Estamos hablando
de un único bien, el agua, que con las actuaciones que hoy
hemos puesto en marcha pretendemos que se convierta en uno
de los ejes sobre los que gire la vida de los ceutíes”, dijo
Espinosa, quien advirtió que entre sus objetivos no sólo
está dotar de mayor capacidad de producción segura de agua,
sino también velar por su correcta utilización.
En ese sentido la ministra recordó el Real Decreto de
reutilización de aguas vigente, que exige que las aguas que
salgan, por ejemplo, de la futura EDAR, sean (deban ser)
usadas para riego u otros menesteres.
“Con esta obra”, completó, “llegaremos a los 35 millones de
inversión actual sólo en el proceso de abastecimiento de
agua”, dijo la ministra, que gestiona uno de los
departamentos del Gobierno central que mayor volumen de
fondos destina a Ceuta: “Es una apuesta solidaria de todos
los españoles para traer agua en cantidad y calidad a la
población local que el Gobierno de España hace con
satisfacción porque sabemos que los ciudadanos nos
responderán con creces haciendo un uso racional de la misma
para que pueda llegar a las generaciones futuras”, terminó.
A su lado, Juan Vivas manifestó “en nombre de todos los
ceutíes” su “satisfacción y agradecimiento” por la evolución
de un proyecto “deseado” y “de importancia capital”. “Los
ceutíes que ya tenemos unos años sabemos lo que significan
las carencias de este recurso básico, por lo que sabemos
apreciar en su justa medida los avances que se producen”,
dijo el presidente ceutí, para quien la ampliación de la
desaladora “supone el colofón al trabajo de muchos años y
que a partir de 2003, con el cuarto módulo de la planta,
aseguró el suministro durante las 24 horas y la eliminación
del traslado de agua desde la península”. “Esta obra dará
estabilidad, seguridad y autosuficiencia a Ceuta en el
suministro de agua, tanto ahora como a largo plazo, por lo
que reitero nuestro agradecimiento por esta prueba de
solidaridad para con Ceuta y para superar sus
condicionamientos particulares”, concluyó el líder del
Ejecutivo alabando la “sensibilidad” del ministerio.
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