Un total de diez internos de segundo grado del Centro
Penitenciario de Melilla forman parte de una experiencia
piloto en nuestra ciudad, consistente en el disfrute y
participación en una completa programación de actividades
que les permiten vivir durante tres días en el exterior del
recinto.
El delegado del Gobierno, Gregorio Escobar y el juez de
Vigilancia Penitenciaria, Juan Rafael Benítez Yébenes, junto
al director del centro penitenciario, Emilio Navas,
compartieron ayer un refrigerio con los diez internos que
participan desde el lunes en la experiencia piloto de tres
días fuera del centro, junto a un equipo de profesionales,
cuajado de actividades de contenido lúdico, cultural y
deportivo. El encuentro se produjo en la zona de cabañas del
Fuerte de Rostrogordo.
Escobar mostró su apoyo a "esta actividad novedosa" que
organiza el centro penitenciario, que posibilita que diez
internos, acompañados por un educador, dos psicólogas, una
trabajadora social y un representante del Voluntariado
Cristiano de Prisiones, disfruten de tres días en el
exterior con un programa de actividades sociales,
culturales, deportivas y que culmina hoy con una jornada de
convivencia con sus familias. Aseguró que esta iniciativa
novedosa en Melilla, no así en la Península, se enmarca
dentro del programa de tratamiento que desarrolla la prisión
y que busca "facilitar el proceso de reinserción social de
los internos, y que una vez cumplan su condena les resulte
más fácil reencontrarse con una vida normalizada en el
exterior".
Reiteró que de esta forma se busca dar cumplimiento al
mandato constitucional que establece que el sistema
penitenciario español, promueve "tanto el cumplimiento de
las penas como el desarrollo de actividades que aumenten las
posibilidades de reinserción". Con esta experiencia piloto
en el exterior, se pretende además "que tomen conciencia de
su situación y eviten la reincidencia, y eso repercute
también en la sociedad, porque es una forma de luchar contra
la proliferación de delitos".
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