Eso es síntoma de que las cosas
las han hecho sus dirigentes a tono con lo que sus afiliados
deseaban, porque no es normal que haya una confianza tal
que, por unanimidad, se siga como se estaba.
A esto, repito, se llama haberlo hecho muy bien, o que la
gente “pase” y prefiera lo conocido a lo venidero con
cambios.
Esta situación, de no hablar de cambios, es muy propia de
nuestro país en el que se dan una de estas dos variantes
contrapuestas de “todo igual que estaba, porque todo está
bien” o “hay que cambiarlo todo porque nada me sirve”.
Particularmente, ninguna de las dos cosas me parecen
correctas, porque la primera, y no sé si en ello habrán
caído los de UGT, estamos en las posturas que duraron
demasiados años, con un sistema que a la propia UGT no
gustaba mucho, mientras que la segunda postura de romper con
todo lo anterior, lo que suele acarrear es el descontento o
el descontrol de las cosas que pudieron ser buenas.
La UGT, en este caso, ha actuado por la continuación o “ el
atado y bien atado”. Por unanimidad salió elegido Antonio
Gil y además por cuarta vez, secretario general de la Unión
General de Trabajadores.
Particularmente me alegro, porque creo que es una persona
seria que hace las cosas en orden y con el tacto suficiente
para no llevar a situaciones de ruptura innecesaria ni de
palabra, ni de hecho. Pero, claro, en casos como este hay
que recordarle a Antonio Gil y a quienes le siguen
secundando que si su labor positiva les ha llevado a repetir
y a repetir hasta cuatro veces, cuando esas repeticiones o
esas continuaciones sean en otras direcciones ajenas u
opuestas a ellos, también, habrá que valorarlas en su justa
medida, respetando a quienes han decidido que una persona
determinada, se llame como se llame, siga en el mismo
puesto.
Y como siempre que hay un programa, los titulares suelen ser
bonitos y llamativos, y en un sindicato de los de clase,
todavía más:”Empleo, refuerzo de los derechos y eficacia”,
que serán las prioridades del nuevo período.
Sigo de acuerdo con UGT, aunque no sé como podrá conjugarse
con el partido del que la UGT es correa de transmisión, o
sea el PSOE, porque o uno hace encaje de bolillos para hacer
lo que marca el sindicato, o el sindicato habla para la
galería y luego calla ante la situación en la que está el
país con el partido más afín a ellos.
Y es que, el doble juego de las palabras puede servir en
muchas ocasiones y en distintas facetas de la vida, pero
cuando de por medio están “ los garbanzos” de cada día, hay
que decantarse por lo más conveniente, naturalmente, que los
garbanzos no falten.
Lo que nadie podrá discutir, ni desde dentro, ni, mucho
menos, desde fuera, como es mi caso, es que el clima de
unidad por el que atraviesa UGT de Ceuta es evidente y se ha
demostrado en el Noveno Congreso Regional Ordinario y ello
se debe a que las cosas se han hecho sin partidismo, y
además estando las siglas antes que los nombres
particulares, cosa que no sucede en algún otro sindicato,
por el protagonismo que hay quien quiere mantener, siempre,
en las alturas.
UGT volvió a demostrar seriedad, lo que hace falta es que
esa unanimidad dure mucho, algo que no siempre se da cuando
las cosas cambian o se tuercen por alguna circunstancia.
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