Alrededor de 500 perros y gatos desbordan la Sociedad
Protectora de Animales (SPA) de Melilla, que cuenta con sólo
dos voluntarias que se encargan, junto con la directora de
esta entidad, María Orlinda Montiel, de cuidarlos y
mantenerlos.
En declaraciones, Montiel destacó ayer que debido a esta
situación, los pabellones del centro se encuentran completos
y que por ello es imposible alojar más animales en la finca,
ya sea de forma temporal o permanente.Con respecto a los
posibles abandonos que pueden darse con motivo de la época
estival, la presidenta y fundadora de la asociación ha
subrayado que el crecimiento ya no se da sólo en verano,
sino que éste comienza después de Navidad.
Para concienciar de las incomodidades que sufren los
animales, la SPA organiza, de forma regular, actividades con
varios colectivos y asociaciones que visitan el recinto para
ver el trabajo que realizan allí.
Por su parte, Montiel ha destacado la labor que llevan a
cabo las voluntarias que consiste en pasear a los perros por
la finca y darle atenciones básicas, tales como bañarlos,
ponerles las inyecciones pertinentes o darles de comer.
Asimismo, la directora ha explicado el importante papel que
tienen estas acciones altruistas, ya que este recinto tiene
200 canes y 300 felinos que necesitan cuidados y sobre todo,
atención y cariño.
Por su parte, Montiel ha señalado también que hay personas
que acuden al centro para ayudar de forma puntual, pero ha
recordado que pocas están interesadas en los animales
abandonados o con problemas, muestra de ello es que durante
todo el año, sólo han conseguido dar un perro y un gato en
adopción.
La Sociedad Protectora de Animales se mantiene con dinero
propio de la directora, las cuotas de los socios y desde
hace un año, un convenio firmado con la Ciudad Autónoma, que
subvenciona el importe de la comida.
Por último, Montiel ha querido recalcar que las federaciones
y asociaciones protectoras de animales luchan por un
endurecimiento general de la legislación vigente que impida
la situación actual de impunidad o bajas condenas ante los
malos tratos a los animales.
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