Las relaciones entre la
Administración autónomica y General del Estado pasan por
momentos de dulce entendimiento en varias de las materias en
las que se comparte gestión. En este sentido, y apostando
por el ‘desencorsetamiento’ de la urbe, la Ciudad Autónoma
de Ceuta ha puesto sus ojos en varios de los
acuartelamientos ubicados en las zonas exteriores próximas
al área de clara expansión de la ciudad en el llamado eje
Sardinero-Weill donde se ubica Parque Ceuta, se planifica la
construcción de la nueva Jefatura Superior de Policía y
hacia donde se desarrolla residencialmente la parte más
nueva del municipio.
Pero la falta de suelo para expandir la alta densidad es uno
de los grandes lastres del crecimiento de una Ceuta que
necesita por obligación prestar como servicio público un
elevado parque de viviendas protegidas para dar cobertura a
las necesidades de unos ciudadanos demandantes de uno de los
derechos esenciales recogidos en la Constitución.
Y así las cosas, el interés del Ministerio de Defensa de
recoger a sus unidades de Ceuta para trasladarlas a la
futura Base Única en la reorganización militar prevista,
proporciona la oportunidad de acceder a los espacios
ocupados por extensas superficies de acuartelamientos
incrustados en la mismísima ciudad. Precisamente por la idea
de abandonarlos.
Eso sí, no será gratis. Compaginar la necesidad de la
Ciudad, por interés general, y la necesidad de Defensa de
darle salida a sus costosas macroinfraestructuras poco
funcionales, puede provocar un escenario acorde al
entendimiento siempre y cuando, claro, no suponga ello un
componente económico de difícil digestión para las arcas
autonómicas cuya institución no tendrá la suerte de recibir
como cedidas por el bien general, los espacios para
viviendas públicas. Antes al contrario, podrá acceder a esas
superficies tras las negociaciones de un ‘justiprecio’ y una
fórmula de pago factible. Se espera el entendimiento entre
administraciones.
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