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OPINIÓN - LUNES, 8 DE JUNIO DE 2009

 
OPINIÓN / COLABORACIÓN

Los hijos no son un bien de consumo

Por Antonio Fernández Castillo


No podemos admitir que nuestros hijos se conviertan en un “bien de consumo” tras la ruptura con la madre, utilizandolos como “moneda de cambio” o “elemento de presión” para conseguir en muchos casos un mayor beneficio económico tras la extinción de la relación. Todo ello lo único que conlleva es a una situación de distanciamiento y crispación que por desgracia está fomentando la “violencia doméstica” por ambos sexos y no solo en el hombre como por desgracia nos están haciendo llegar muchos informes que para nada revelan datos objetivos ni siquiera las secuencias que originan situaciones violentas que a todas luces debemos rechazar.

En paises de nuestro entorno ( Francia, Italia etc) la custodia compartida (en el caso del primero) está en vigor desde el año 2002 y los estudios y datos oficiales avalan que desde su entrada en vigor la litigiosidad tras la ruptura de las parejas ha disminuido considerablemente y paralelamente las situaciones de violencia que en casos puntuales se habian originado sobre todo por disputas en la custodia de los hijos y en los bienes de la pareja.

Debemos demandar una ley en la cual la custodia de nuestros hijos sea independiente de los bienes que tenga la extinta pareja, pues de seguir el sistema como en España “custodia=uso y disfrute de la vivienda” uno de los dos (normalmente el padre) quedará en una situación de desamparo económico motivado no solo por la perdida de la vivienda sino por el pago de una más que probable hipoteca, manutención para los hijos e incluso una más que posible pensión compensatoria para la ex-mujer. Si a ello sumamos que el no custodio deberá de buscarse una nueva vivienda ( y al precio que están ) la situación es de “banca rota”, por lo que muchos padres deben de volver al hogar con sus padres por lo menos hasta que consigan remontar en cierta medida ese desequilibrio económico.

Con la custodia compartida se debería estudiar la situación económica de ambos padres y a tenor de la misma otorgar a uno u otro el uso de la misma (separación de bienes) o la liquidación de la misma si existen bienes gananciales. No es de recibo que te “echen” materialmente de tú casa y a renglón seguido veas entrando y saliendo “elementos de dudosa procedencia” de la misma y máxime cuando tus hijos están allí puesto que es “su casa”. Hago referencia a esto último pues creo que todos hemos de guardar las “formas” y más estando presentes nuestros hijos, lo cual no está reñido con que todos tenemos derecho a rehacer nuestras vidas y a empezar una nueva relación sentimental aunque yo enfatizo en que tenemos el derecho y el deber de saber que nuestros hijos están siendo tratados adecuadamente por el/la misma.

Para que la “coparentalidad” (como también se suele definir) sea efectiva y redunde en el bienestar de nuestros hijos es fundamental que el hilo de la comunicación funcione por ambas partes pues de lo contrario podemos caer en errores del pasado que nos llevaron a la ruptura conyugal.

En cuanto al tan señalado tema “económico” no es cierto que con la custodia compartida las pensiones de alimentos desaparezcan, pues se puede acordar fijar una cantidad atendiendo al que está en un situación financiera más desfavorecida de los ex-conyuges o si la situación es parecida realizar el ingreso de una cantidad mensual en una entidad bancaria que redunde en nuestros hijos y de la cual puedan hacer uso para gastos extraordinarios, viajes etc. El tiempo que cada uno esté con sus hijos se hará cargo de todos los gastos que se deriven de los mismos, con lo cual todo “debe” resultar más fácil.

No entiendo como en vacaciones compartimos a nuestros hijos, abonamos la misma manutención y el resto del año estamos viendolos apenas cuatro días en el mes, sin olvidar aquellos que tengan la suerte de tener alguna tarde”intersemanal” para estar con ellos. Solo utilizar el término “régimen de visitas” me suena a “carcelario” e indigno, máxime si vivimos en un Estado de Derecho como tanto gusta “enfatizar” a la clase política de este pais.

Cambiando un poco el sentido de mis comentarios no quería dejar pasar por alto a nuestra “querida” Ley Integral Contra la Violencia de Género de la cual tanto se ha hablado pero tantos oidos sordos se hacen y de cuya constitucionalidad dudan muchos miembros de la judicatura (cada día más) y que ha originado que más de cien sentencias esten paralizadas esperando que el Tribunal Constitucional dictamine el fallo de las mismas pues sus Señorias se han inhibido de las mismas ante su (reitero) dudosa “CONSTITUCIONALIDAD”.

Por desgracia todo en este pais se estudia con “números” y los mismos nos indican que desde la entrada en vigor de la mencionada Ley las cifras de “seres humanos” muertos han ido aumentando muy significativamente poniendose en duda la eficacia de la misma y la coordinación de las distintas instituciones con competencias en este ámbito. No es de recibo que una mujer ponga una denuncia por supuesto maltrato físico o psicológico y sin aportar pruebas sus Señorias dicten una orden de alejamiento por “sistema” sin recabar pruebas y vulnerando (a tenor de lo que dicta la ley) la presunción de inocencia sin más.

Todo ello ha llevado a que miembros de la judicatura como la Exma Sra Doña María Sanahuja Buenaventura esté denunciando la proliferación de denuncias falsas con el mero objetivo de agilizar las rupturas y de camino poner de “patitas en la calle” a la pareja. Un Auto Judicial que recoja una orden de alejamiento no va a impedir que un hombre y una mujer se vuelvan a reencontrar y reinicien la relación pues son numerosos los casos en los que la propia mujer (hombres también en muchos casos) piden al Juez que retire dicha orden y que perdonan a su pareja. En algunos casos la relación se reinicia con normalidad pero en otros la persona que retira la denuncia ha sido de nuevo víctima de su pareja ocasionando en algunos casos un fatal desenlace que desde aqui quiero “repudiar” con todas mis fuerzas pues nadie tiene legitimidad ni fuerza moral para “atentar” contra la vida de otro semejante.

Creo que tantos juzgados de violencia de género no solo no están arreglando la situación es más ni siquiera aliviandola pues con una Ley tan punitiva no se consigue más que llevar a situaciones extremas en las que muchas personas se toman la justicia por su mano acabando con la vida de su pareja y ya en muchos casos con la suya propia.
 

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