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OPINIÓN - LUNES, 8 DE JUNIO DE 2009

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

El adiós de L.F. Esplá
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Fue hace tres días cuando se despidió de Las Ventas de Madrid. Se ha ido de la Monumental de Madrid, de la plaza más famosa del Mundo, uno de los tres mejores lidiadores de toda la historia del toreo.

Luis Francisco Esplá ha sido el torero que más veces toreó en Madrid, después de Antonio Bienvenida. En más de 80 ocasiones hizo el paseillo en Madrid y en su despedida, como no podía ser de otra forma, terminó como los grandes. Él es uno de los grandes, saliendo por la puerta grande.

He visto torear a Esplá docenas de veces, en la plaza, y más de cincuenta veces si contamos las que lo vi en TV, y siempre estuvo en plan maestro. No hay otro, hoy por hoy, que domine las distintas suertes como las domina él, y si bien es cierto que hay otros que aparecen más veces que él en ciertos medios de comunicación es porque Luis Francisco siempre se tomó el toreo en serio, y nunca fue partidario de la publicidad, especialmente en revistas o programas del cotilleo. Lo suyo era y es el campo, la plaza y la casa. A veces, más de las que hubiera deseado, también tuvo que pasar por la enfermería, pero eso entra en el oficio de torero.

Jamás hizo ascos a ninguna ganadería, ni vetó a nadie. Él, como gran torero, “saludó” a todos los toros que le cayeron en suerte, fueran de la ganadería que fueran, y lo mismo toreaba “jandillas”, que “vitorinos”, que los del “cura de Valverde” o los “juampedros”. Él sabía que cualquiera, por muy comercial que fuera la ganadería, podía “hacerle un descosido” y más de uno se lo hizo, pero ahí ha estado y estará todavía, porque se ha despedido de Madrid, pero aún no ha dicho el “adiós” definitivo.

La última vez que lo vi, hace un par de años, fue en mi pueblo en un festejo goyesco, creo que alternaba con Cayetano, y mientras la prensa rosa se cebaba con el nieto de Ordóñez, a Esplá no le molestaba nadie. Cada uno iba con su estilo, aunque en la plaza el toro sale igual, o casi igual, para todos.

Las pocas veces que hubo toros aquí en Ceuta, ahora hablar de eso aquí parece una herejía, no estuvo él en los carteles, al menos en el tiempo que yo llevo aquí, y creo que los aficionados de Ceuta, no muchos, pero aficionados, también merecían que uno de los grandes, porque este lo es, tendría que haber actuado en esta ciudad. Además de que no dudo que, si se lo hubieran propuesto, habría venido, por cuanto no tendría reparo alguno para actuar en una plaza portátil.

Ahora, en las próximas semanas, en las que hay bastantes ferias, antes de San Fermín, es posible que lo podamos ver en Alicante, su tierra, en León, en las fiestas de San Juan o en Burgos, Segovia..., en las fiestas de San Pedro. En todas ellas hay toros varios días.

Son las ferias más cercanas, en las que nadie se escandaliza porque haya toros, ni ninguna pandilla de “pasguatos” fuerza a los ayuntamientos para que allí no los haya. En todas esas ferias, de ciudades igualmente españolas que Ceuta, ningún concejal de festejos se asusta si algún grupejo de verdes, “coloraos”, azules o amarillos, se pone en contra de que haya toros.

En Ceuta, con las ferias a poco más de mes y medio, si algún otro empresario se acercara para intentar dar un festejo, volvería a armarse la marimorena y el “concejal” o la “concejala” diría que no puede ser, porque hay que oír a todo el pueblo. Es lo que hemos visto y veremos más veces. Ellos se lo pierden.
 

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