Después de 25 años, un par de minutos más no importa”. Con
esta frase comenzó Yolanda Cabeza el discurso que leyó en el
Salón del Trono y que se enmarcó dentro de la recepción que
el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ofreció ayer a la
promoción de Magisterio de 1984, que un cuarto de siglo
después volvió a encontrarse en la ciudad. Cabeza fue una de
las promotoras de un idea que estuvo en la mente de estos
antiguos alumnos durante años pero que no se acababa de
convertir en realidad “hasta que decidimos hacerla con
motivo de estos 25 años”, apunta esta profesora. Y es que al
contrario que algunos de sus ex compañeros ella si continuó
profesionalmente con la carrera que había desarrollado en la
ciudad. Todo ello a pesar de que al principio no tenía muy
claro su futuro laboral:“No me veía como maestra. Estudié
por circunstancias y algo pasó porque la verdad es que llevo
ya toda mi vida como maestra y he dado clases de todo”,
sostiene. Sin embargo en su alocución esta promotora del
encuentro apunta que la pedagogía “es algo que no queda a un
lado” durante la vida de las personas que eligieron llevar a
cabo los estudios de Magisterio.
Recuerdos
Este encuentro ha estado marcado por los recuerdos: De los
profesores, de las clases, del bar de la facultad, pero en
esta cita los promotores han querido que los ex compañeros
de aula rememorasen acontecimientos vividos, canciones o
noticias de prensa que aparecieron en los periódicos de
1984. Para ello entre los obsequios que se han llevado a sus
casas está un libro en el que se recogen algunos de estos
acontecimientos que en su momento marcaron el día a día de
ese año. Por todo ello los alumnos de la promoción del 84
coinciden en poner en valor la importancia que para ellos ha
significado esta cita. “Está siendo muy emotivo y se siente
mucha alegría al volver a encontrarte con compañeros que no
veías desde hacía tiempo”, apunta el ex alumno del centro
Guillermo Gutiérrez ‘Cherino’. El ex jugador de la
Asociación Deportiva Ceuta es uno de los que han acudido a
este encuentro. Para Gutiérrez los años universitarios
tuvieron un sabor especial “sobre todo porque estabas mucho
más tranquilo ya que tu única obligación era la de
estudiar”, sostiene. Una de sus compañeras de clase, Mariló
Mayorga, pone el acento en que esa etapa de su vida fue
“fundamental” y por ello destaca la relevancia que tiene
para ella revivir los momentos pasados. “Significa mucho
para mí porque estoy hablando con gente a la que hacía más
de 20 años que no veía”. Estas palabras las pronuncia Ana
María Fernández quien pone el acento en que a pesar de que
el paso del tiempo les ha cambiado físicamente “seguimos
teniendo el mismo espíritu y las mismas ganas de vivir que
teníamos entonces”. Por ello confía en que no vuelvan a
pasar otros 25 años sin tener noticias de sus antiguos
compañeros de clase.
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