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No ha dejado indiferente a nadie,
yo creo que ni siquiera a Ramón Calderón, por lo que puede
salir de su corta etapa, si el nuevo presidente del Madrid
empieza a levantar las alfombras.
Y si no ha dejado indiferente a nadie es porque las cosas
estaban tan mal para el Madrid que su vuelta ha traído el
aire fresco que esta entidad necesitaba, con lo que sus
seguidores vuelven a ver que habrá equipo para competir o
superar a los más grandes.
En la parte contraria, o sea en el Barcelona, tampoco se han
quedado indiferentes, porque piensan que la “operación Figo”
se podría convertir en “operación Messi”, por ejemplo, con
lo que eso significaría para el barcelonismo.
Por eso ya ha levantado la voz el que habla siempre del País
Catalán, y dice ahora que si Florentino Pérez ficha
jugadores caros, se va a resentir el mercado. Lo malo sería,
para el Madrid, que Florentino Pérez se conformara con
quedarse con lo que hay, porque entonces es cuando los
tripletes los podría ganar el Barça de calle, y eso está
bien una vez, a partir de ahí habrá que intentar que se
reparta la tarta.
Lo más curioso de todo esto es que, sin haber dicho el
presidente merengue nada en concreto, la sola aparición en
los periódicos de que “puede venir” este, o “puede llegar”
el otro, ya aporte el síndrome de “congojonitis” a todo un
Barcelona que, a lo largo de la temporada, ha sido, con
diferencia, el número 1 en España y en toda Europa.
No parece que el presidente del Barcelona tenga una total
confianza en sus jugadores, o en la seguridad de que estarán
ahí “por los siglos de los siglos”, y cuando lo ideal es
disfrutar de lo que han conseguido, empieza a hacer
llamamientos a todos los cielos para que el equipo de la
Capital de España no les vuelva a sobrepasar.
La operación fichajes no ha hecho más que comenzar a andar,
ahora mismo, cuando estoy escribiendo, en la tarde del
viernes, no hay ningún jugador fichado por el Madrid y
todavía no hemos oído decir a Florentino Pérez que tenga
atados a este o a este otro jugador. Eso no se ha dicho, o
él no lo ha dicho, por lo que es la simple rumorología la
que ataca los nervios de Laporta.
Y lo más curioso de todo este movimiento, que no se ha
puesto en marcha, en serio, es que, estos días, con la
Selección, la campeona de Europa, en vísperas de marcharse a
Sudáfrica, para jugar allí la Copa de Confederaciones, no
haya noticias destacadas de la propia Selección y se esté
prestando toda la atención a cada paso que se da desde el
Santiago Bernabéu.
No hay vuelta de hoja. En su momento fue el éxito de “La
Roja”, pero ese eco fue poco duradero, y en nuestro fútbol,
una vez más, importan los clubes, la Selección va muy por
detrás.
Y ¡¡Ojo!! No sólo a los aficionados, también a los jugadores
y a los clubes, y si no ahí está el asunto de Iniesta, con
el que hicieron encaje de bolillos para que estuviera en
condiciones para que jugara su final, y ahora tras poner el
grito en el cielo han logrado que este jugador no vaya a la
Selección para este compromiso. Mirándolo bien, los clubes
son los que pagan a sus jugadores y las lesiones, breves,
duraderas o para siempre de un jugador que se lesiona con la
Selección quien lo pierde es el club.¿Se acuerdan de Antonio
Maceda?. Salió perfectamente del Madrid para el Mundial de
Méjico y no volvió a jugar vestido de blanco. Es un ejemplo.
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OPINIÓN / EL ESQUINAZO
