Más de sesenta equipos de los ochenta que integran la
Segunda B van a ser denunciados en julio por el impago de
los salarios a sus plantillas. Una realidad que el pasado
mes de mayo motivó que la Asociación de Futbolistas
Profesionales creara una comisión para encontrar soluciones
y solicitar a la Federación Española de Fútbol que asuma sus
responsabilidades en una negociación conjunta que se avecina
complicada.
No en vano, la categoría de bronce del fútbol español
depende de la RFEF y, curiosamente, el ente federativo
presidido por Ángel María Villar es uno de los principales
deudores del fútbol español. Tanto es así que debe 6,7
millones de euros a la AFE, además de dos partidos de la
selección española que no se han disputado aún. Tanta es la
desidia del organismo federativo respecto a una categoría
tan sufrida como la Segunda B, que los cientos de jugadores
que se encerraron el año pasado para cobrar sus sueldos
-Algeciras, Logroñés y tantos otros- no recibieron ayuda de
la Federación.
De ese modo, en la Asamblea anual de la Asociación de
Futbolistas españoles celebrada el pasado mes de mayo se
vivió una de las jornadas más duras de su historia. “La
amenaza es una de las más graves desde que existimos”.
Durante dos décadas, Gerardo González Movilla, presidente
del sindicato, ha sacado conejos de la chistera, ha salvado
miles de demandas y ha obtenido “300 millones de euros” para
sus asociados. Hoy, el hundimiento de la construcción y la
situación de los ayuntamientos hace presagiar que la AFE no
encontrará tantos interlocutores para evitar los descensos
de decenas de equipos.
Por ello, si el año pasado hubo 50 clubes de Segunda B
denunciados por impago, el dirigente de la AFE vaticina que
ahora se esperan “muchas más demandas y una cantidad muy
superior a los 47 millones de euros” que la totalidad del
fútbol español debía en julio de 2008. De esa cifra, la
mitad era dinero sin cobrar en Segunda B. Movilla consiguió
entonces acuerdos para todos los jugadores, excepto en el
Logroñés, que desapareció. Pero ya hubo casos, firmados
incluso con ayuntamientos, que no se han cobrado desde el
mes siguiente de su rúbrica. Hoy, cientos de profesionales
de esta división, compuesta por cuatro grupos de veinte
entidades, no han visto un euro este año, y otros cientos no
cobran desde hace quince meses. Se presagia una cifra de
débitos cercana a los 60 millones.
Hablando de casos concretos, y cercanos a la AD Ceuta al
tratarse de equipos del Grupo IV, el San Fernando debe medio
millón de euros a la plantilla y novecientos mil a la
Seguridad Social. El Portuense adeuda dos millones, mientras
que el también descendido Granada 74 sobrevive en estado
similar. La excepción que confirma la regla pueden ser
Fuerteventura y Vecindario, clubes canarios que han militado
en el Grupo II, que pueden encontrar soluciones con las
administraciones y las televisiones.
Pensando en el futuro, todavía no se ha mencionado la
palabra huelga. Eso sí, los jugadores modestos piden
‘solidaridad’ a sus colegas de Primera y de Segunda. El
máximo responsable de AFE subrayó que la Federación es la
responsable de esta categoría y los jugadores decidieron
crear una comisión para instar a la FEF a negociar. Movilla
fue claro: “Quien no pague, desciende. No admitiremos la
morosidad. Si bajan veinte, pues subirán veinte de Tercera”.
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