Parece que fue ayer y ya han
pasado ocho años desde que Juan Vivas llegó a la presidencia
de la Ciudad Autónoma, terminándose con ello la serie de
escándalos y noticias de portadas de periódicos, que ponían
a Ceuta en el escaparate de lo que no debe ser una ciudad
seria de nuestros días.
En honor a la verdad debemos decir que la llegada de Juan
Vivas fue gracias al transfuguismo de varios de los hombres
que habían ido en la candidatura del GIL, y que haciendo
defección de sus siglas se pasaron al mejor postor y
rompieron, por segunda vez, la estabilidad de lo que debiera
haber sido aquella legislatura.
Y es que no debemos olvidar, tampoco, que meses antes,
también el transfuguismo de una persona del PSOE había
llevado a la presidencia al candidato del GIL.
Querámoslo o no, esa legislatura fue el escándalo permanente
hasta que Juan Vivas, repito que gracias a los descontentos
del GIL, llegó a la presidencia.
Esto que acabo de exponer, con suma brevedad y que debe
servir de refresco de la memoria para más de uno, es lo que
hizo que en una labor perfectamente diseñada, desde la Plaza
de los Reyes, y en un salto por la lista electoral del PP,
se llegara al convencimiento de que la única persona,
entonces y ahora mismo, que sería capaz de dar prestigio y
estabilidad a la ciudad se llamaba y se llama Juan Vivas.
Que los tránsfugas del GIL que se unieron al PP, entonces,
para que Juan Vivas fuera presidente, no lo hicieron gratis,
ni por cariño al PP, eso es más que evidente, hasta el punto
de que todavía ahora podemos ver algún resto de cargos que
han ocupado y ocupan personas que estuvieron muy cerca del
GIL, en aquellos momentos.
Con Juan Vivas en la presidencia las cosas cambiaron.
Seriedad, orden y cambio de imagen fue lo primero que se
comenzó a ver, con lo que lo que quedaba de aquella
legislatura hizo ver a muchos, lo de menos eran sus siglas
predilectas, que se había pasado de la improvisación y la
algarada al rigor, seriedad y a hacer las cosas sabiendo a
donde se iba. En poco tiempo, la Ciudad empezó a ser otra
muy distinta.
A partir de aquí ya no hubo color, porque Juan Vivas, en las
dos siguientes elecciones, arrasó, y yo creo que si vuelve a
presentarse en las próximas, para las que faltan casi dos
años, volverá a arrasar.
No me duelen prendas, el PP con Juan Vivas volverá a tener
asegurada la mayoría absoluta, en caso de que haya otro,
mucho tienen que cambiar las cosas para que siguiera
gobernando, porque debemos ser conscientes de que el PP,
aquí, como ocurre en muchos otros lugares, gobernará con
mayoría absoluta, de lo contrario habrá las coaliciones más
raras que uno pueda imaginarse, pero no formará gobierno.
Y ahora, al cabo de los ocho años, al referirnos a Ceuta no
podemos hablar más que de una ciudad que ha crecido, que
cada día es más moderna, que su centro es totalmente
desconocido respecto a como era una década atrás, que las
barriadas han mejorado y siguen mejorando, y lo más
importante de todo “ que sus plenos ya no son un constante
carnaval como fueron en más de una ocasión”. Festejar los
ocho años de Juan Vivas en la presidencia de Ceuta es
festejar el progreso y el bienestar de esta ciudad. Es lo
que creo.
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