Con 32 años, este poeta jienense inaugura el palmarés del
primer premio de poesía nacional de ceuta Luis López de
Anglada. Licenciado en folología hispánica y en teoría de la
literatura, su poemario ‘Ghoetica,’ al que dedicó cinco años
de trabajo, ha sido reconocido por el jurado tras leer unos
versos que ceden la voz a las gentes que conoció durante un
viaje a Israel y Palestina. Rechaza la estrechez de miras y
la negación del otro por ser diferente y adora la felicidad
del hombre libre. Late sus poemas con la intención de
ofrecer al mundo las palabras de los que no dejan hablar o
no quieren escuchar.
Pregunta.- ¿Por qué la poesía?
Respuesta.- La poesía rellena el espacio de la
incertidumbre, me sirve para volcar mis sentimientos,
comunicarlos, compartirlos con aquellos que lo deseen. Sin
obviar, su papel como forma de conocimiento más allá del
cientificismo atroz donde todo es número, un nuevo modelo de
investigación comprensivo-afectiva del mundo, del yo y del
otro.
P.- ¿Qué sintió cuando le comunicaron el premio?
R.- Sentí la satisfacción del reconocimiento, la poesía
compartida y materializada en comunicación se solidifica en
un peldaño más enriquecedor. Me llamó Maria José Almina y
fue una recompensa grata a cinco años de trabajo, poesía e
investigación.
P.- -Con su primer libro, ‘Sombra deshabitada’,
manifestaba que entendía la poesía como un compromiso...
¿tendría que haber pertenecido a la generación del 50?
R.- Sigo pensando que la poesía debe ser ante todo
compromiso. He tenido la suerte -y la desgracia, por tanto,
para ese uno que nació en el tercer mundo- de nacer en el
primer mundo, de poder obtener un trabajo digno –soy
profesor de enseñanza secundaria y tengo entre mis manos el
poder de cambiar mínimamente el mundo si logro abrir los
ojos a mis alumnos hacia su verdad única y verdadera,
respetuosa y múltiple-, podría hablar, cantar, poetizar, por
tanto, sobre mis propios sentimientos. Pero hay personas a
las que se les niega la voz, seres invisibles a los que
intento posibilitar un grito en la oscuridad. Puede resultar
presuntuoso, vacuo, superficial, pero creo que merece la
pena ser consciente de que otros sufren, padecen, se olvidan
y no tienen voz. En cuanto a pertenecer a la Generación del
50, prefiero vivir en el tiempo que me ha tocado vivir. Un
tiempo en que la libertad se ha convertido en un término
peligroso, debido a que el hombre carece, cada vez, más de
ella, si bien, por el contrario, nos sentimos cada vez más y
más libres. Los sistemas de alienación se han vuelto, ya lo
vaticinaba Marcuse, más sofisticados en este capitalismo
tardío o alien que todos llevamos tan dentro. Es necesario
el grito, lo señalo en la cita final del libro de José
Miguel Ullán con un toque de esperanza: “Y el hombre es
todavía la única posibilidad posible. Tan sólo en esta lucha
cabe el canto. Reivindicando el don del sacrilegio, la
ilusión del estallido, la alarma redentora…”
P.- -¿Sigue siendo el poeta un romántico ilustrado rico
en vivencias y pobre en dineros? ¿Cómo cree que ha
evolucionado la figura del poeta?
R.- Decía Persio, hace casi dos milenios, que abundaban los
poetas en su tiempo. Si por esplendido pensamos en
poderosos, Asurbanipal poseía en su corte cientos de poetas,
Virgilio escribió la Eneida por encargo del César…, el poder
siempre ha elevado la poesía si ha servido como vehículo de
propaganda. De este modo, y desde mi visión reivindicativa
de sentimientos francos como disparos certeros, el mejor
momento de los poetas ha sido cuando éstos se han
desvinculado del poder y han intentado superar la ideología
adquirida: no sé cuándo ha existido esta época ¿alguien
podría hallarla? Esta es la misión de mi poeta ahora, esta
es mi verdad, válida para mi latido sobreviviente, otros
tendrán su diferente acento y su verdad distinta.
P.- ¿Qué tiene más fuerza que la palabra hoy en día?
R.- Hubo un socrático, si no recuerdo mal, que afirmaba
“Quien tiene la palabra, tiene la espada”. Dentro de la
posmodernidad, creo que la imagen tiene más poder que la
palabra a grandes rasgos. Por otro lado, ya nos lo enseñó
Cervantes, las armas siempre aventajan a las letras…, el
problema es que éstas suelen utilizarse para fines
mezquinos, maniqueos, simplistas y demoledores.
P.- ¿Cuál es su fuente de inspiración?
R.- Mis musas se encuentran en cualquier esquina de una
larga avenida, en la espalda mojada sin nave en que zarpar,
entre náufragos, ciegos y nómadas, en el amor y la amistad,
y siempre me piden esfuerzo, concentración y trabajo gustoso
y extenso.
P.- Nunca ha estado en Ceuta pero dígame la imagen que le
llega de aquí.
R.- La imagen que me llega me sitúa en un lugar lejano y
contiguo al mismo tiempo. Un espacio interesante que puede
servir como puente entre continentes o como muralla, siempre
teniendo en cuenta la simplicidad con la que miro un lugar
en el que no he vivido.
P.- Sencillo: un verso que le hubiera gustado escribir y
su autor.
R.- Me es imposible elegir, esta semana me quedaría,
simplemente por ser el más cercano en su relectura, con
Rilke “Quién si gritara yo entre los coros de los ángeles me
oiría”.
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