El profesor de Ciencia Política de la UGR Javier Jordán
advierte en el trabajo ‘El terrorismo yihadista en España:
evolución después del 11-M’ de que como resultado de las 28
mayores operaciones policiales que se han realizado en
nuestro país desde entonces los españoles ocupan el cuarto
lugar por número de detenidos tras argelinos, marroquíes y
paquistaníes. Del conjunto de nacionales el 74% eran nacidos
en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
El profesor de Ciencia Política en la Universidad de Granada
(UGR) Javier Jordán ha realizado un trabajo bajo el nombre
‘El terrorismo yihadista en España: evolución después del
11-M’ publicado por el Real Instituto Elcano del que deduce,
tras analizar las 28 operaciones policiales más relevantes,
entre ellas la ‘Operación Duna’, que desde esa trágica fecha
de 2004 se han realizado en España contra el terrorismo de
matriz islamista, que la presencia y actividad de las redes
yihadistas “se han convertido en un fenómeno estructural en
España”.
“En su mayoría se trata de grupos compuestos por individuos
procedentes de Argelia y Marruecos [de estas nacionalidades
son el 70% de los detenidos] y vinculados con el Grupo
Salafista por la Predicación y el Combate, renombrado al-Qaeda
en la Tierra del Magreb Islámico en enero de 2007 (GSPC/AQMI)”,
concluye Jordán, quien también resalta en su informe que el
74% de los arrestados de nacionalidad española por este
mismo motivo son personas nacidas en Ceuta y Melilla.
Los españoles son, tras marroquíes, argelinos y
paquistaníes, el cuarto grupo nacional que aglutina a más
detenidos. “Catorce de los diecinueve individuos de origen
español detenidos, residían (y posiblemente nacieron) en
Ceuta y Melilla pero sus padres eran de origen marroquí y
fueron educados como musulmanes”, explica Jordán, que no
contabiliza en el estudio a “los delincuentes de origen
español que colaboraban con las redes yihadistas por razones
económicas, sin compartir su ideología ni sus creencias
religiosas”.
De las 28 operaciones analizadas dos tuvieron la ciudad
autónoma como espacio de ejecución. Fueron la ‘Duna’, de
diciembre de 2006, cuando la Policía Nacional detuvo a 11
individuos por su presunta relación con el terrorismo
yihadista en el barrio del Príncipe [buena parte de los
cuales ya están en libertad, aunque procesados], y la
detención del marroquí Redouan Ben Fraima en la prisión de
Los Rosales en marzo de 2005. Supuestamente Ben Fraima
estaba tratando de captar al también marroquí Redouan Ahmed
Alí, y al mismo tiempo estaba relacionado con una mujer
detenida poco después en la prisión de Teruel. El preso fue
acusado de planear un atentado contra el ferry que une a
Ceuta con Algeciras.
Mezquitas y prisiones
Ambas operaciones son dos ejemplos de intervenciones
policiales en los que Jordán coincide en señalar como
escenarios “fundamentales” para el reclutamiento yidahista:
mezquitas y oratorios en primer lugar, aunque de una forma
“discreta”, pues según el autor es “una excepción en el
panorama del yihadismo en España con posterioridad al 11-M,
una práctica imprudente que posiblemente facilitó la
detección, vigilancia y desarticulación de ambos grupos”, y
las prisiones.
Jordán también advierte en su informe del peligro de que en
el futuro la “liberación” de Al Ándalus y, “más en
concreto”, de Ceuta y Melilla se convierta “en una
motivación añadida que impulse la preparación de atentados
en España”.
“El análisis de contenido de una amplia muestra de material
yihadista difundido en Internet (2.232 documentos) revela
que 16, de un total de 50 documentos donde se menciona a
España, lo hacen lamentándose de la pérdida de Al Ándalus”,
señala Jordán, que reconoce que “en general se trata de un
recurso retórico” pero que avisa de que “mucho más
preocupante es el hecho de que ocho de esos 50 documentos
contengan llamamientos a la “liberación” de Ceuta y
Melilla”.
“La primera mención a ambas ciudades”, recuerda, “se produjo
en 2005, hubo dos más en 2006, otras dos en 2007 y tres
menciones a lo largo de 2008”.
|