El lunes, digo, fue a buen seguro
un día muy movido en Ceuta. Anda que en la Ciudad hay algún
político -y orador de pro- que se está haciendo
internacionalmente más famoso que Rafa Nadal, como recordaba
en portada cierto medio boquerón que, lo que son las cosas,
apenas fue distribuido por las calles caballas. ¿Habrá
habido escasez de ejemplares?: ¿o acaso habrá que buscar
otras y más conspicuas explicaciones…?. No son escasas las
ocasiones en que ustedes queridos lectores, sin cuya
atención este escribano no sería nada, me hacen llegar sus
impresiones, advirtiéndome a veces que “se pierden” o “no me
siguen”. Reconozco que puedo ser un poco críptico,
necesidades tanto del guión como de las peculiares
condiciones derivadas de torear en esta plaza fronteriza,
pero para que en esta ocasión sigan el hilo mientras les
animo con fruición, mirando al Sur por consiguiente, a
buscar la edición impresa de un medio andaluz que
habitualmente se distribuye en Ceuta (¡ay la foto de esa
portada del lunes!), les sugiero retomar esta columna
correspondiente a los días 5 de mayo (Ceuta, Marruecos y el
Tabligh) y 17 del mismo mes (El Tabligh umbrátil y
alargado). Porque el escándalo del lunes ya se lo había
adelantado yo los días citados. El por qué los medios de
Ceuta, siempre ciudad querida, no sacaron pecho en su
momento con la noticia, deberá achacarse a los imponderables
del sabrosón pesebre.
Lo que se siembra se recoge y, como también vengo
insistiendo desde hace años, alguien en esta ciudad
caracterizada por un equilibrio inestable se ha arriesgado a
jugar con fuego. Y las llamas, por definición, queman. Vaya.
¿Ignorancia, torpeza, soberbia…?. Quizás un poco de todo,
cada cosa en su dosis.
Entre los vecinos, ha sido incluso el propio Fouad Alí El
Himma (amigo de Mohamed VI, ex ministro delegado de Interior
y fundador del PAM, Partido Autenticidad y Modernidad) quien
ha cargado en una columna de opinión contra el Tabligh
ceutí, su control de UCIDCE y la cobertura política de que
dispone en la Ciudad Autónoma. El medio que les citaba al
principio comenta que el Tabligh “es casi clandestino en
Marruecos, donde está considerado como la simiente del
terrorismo islamista”, pese a lo cual en el vecino país
funciona una importante base del Tabligh en la ciudad de
Alcazarquivir, cerca de Larache. El Tabligh, esta secta
radical y fundamentalista, está siendo considerada cada vez
más como un serio problema para la correcta integración de
los musulmanes en las sociedades occidentales e, incluso,
para la convivencia misma, además de conformar una correa de
transmisión del terrorismo islamista. No saben el estímulo
que ha supuesto para este escribano que, después de años en
solitario, analistas de la talla de Carmen González o el
profesor Fernando Reinares pongan al fin al Tabligh en su
sitio, una secta que habría que incluir en el antiguo
Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y
Peligrosas. El Tabligh es una amenza para el futuro
inmediato; el Tabligh es letal para el porvenir de Ceuta.
España y Marruecos deberían, de una vez por todas, sentarse
a cara perro y con las cartas encima de la mesa buscando
soluciones. Y en Ceuta, siempre ciudad querida, algún
conocido y prepotente político debería empezar a rendir
cuentas por el tremendo daño que, con su imprudente amparo
político al Tabligh, le ha acarreado a esta ciudad y a los
intereses de España. Visto. Y para sentencia.
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