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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 3 DE JUNIO DE 2009

 

OPINIÓN / EL OASIS

No es antagónico militar en
el PP y ser homosexual

 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Era hijo único. Y daba muestras evidentes de ser maricón. Que así, sin cortarse lo más mínimo y cuando mandaba Franco, llamaban los heterosexuales a los homosexuales. La madre había asumido que su hijo era canco, pero invocaba a todos los santos para que no se destapara. Porque, si daba ese paso, estaba segura de que su niño iba a saber lo que vale un peine.

En aquellos años, tristes, grises, enfermizos, y donde tener hambre y frío era la nota predominante, los únicos que se atrevían a declarar su homosexualidad eran los mariquitas; nominados también como sarasas, afeminados, etcétera. Y casi todos ellos eran muy populares en sus pueblos. Trabajadores afanosos, gustaban de acudir a bautizos, bodas y demás celebraciones caseras para darle rienda suelta a su condición de comadre, que es palabra del caló gitano.

Muchas de las comadres, en cuanto se les calentaba la boca, sacaban la lengua a pasear y daban nombres de personas que iban de estrechas. Las clásicas vergonzantes, casadas y con hijos, que por razones sociales o conflictos psíquicos, vivían su homosexualidad a escondidas y temerosas de ser descubiertas. Tampoco se libraban de las insinuaciones algunos ricos, religiosos o cargos importantes, por ser sospechosos de pertenecer al mundo rudimé, que diría un gitano.

Entonces, en plena posguerra y hasta muy avanzado los años 70, no se usaba el modismo salir del armario que, aplicado a las personas, significa: “Hacer de manera voluntaria y pública la declaración de su homosexualidad”. Por razones obvias. Y ni siquiera durante la transición lo tuvieron fácil todos los que creyeron que había llegado el momento de gritar a los cuatro vientos su condición de gay.

No hay más que leer lo que pensaba Tierno Galván (PSP) al respecto. “La homosexualidad es un problema respecto al cual hay que tener mucha comprensión. Se trata de personas que han desviado sus instintos bien por razón biológica, por razón social o, en muchos casos, porque no han tenido un tratamiento psiquiátrico a tiempo... La homosexualidad debe ser corregida porque no responde a los principios de una sociedad estable tal como se entiende. Por lo menos desde el punto de vista socialista revolucionario se comprende que la pareja hombre-mujer es la determinada para llevar a cabo el protagonismo histórico”.

Así pensaba el ‘Viejo profesor’. El mismo que siendo alcalde no dudó en apoyar la ‘Movida madrileña’. Un despendolamiento en toda regla que terminó causando estragos entre los jóvenes que detestaban incluso los pocos valores que sus padres habían salvado de los años dictatoriales. Por consiguiente, culpar al PP de homofobia, por sistema, me parece injusto. Ya que muchos de sus militantes no pensarán como Tierno Galván. Y, por tanto, no comulgarán con esa aversión a la homosexualidad. Me consta que en el PP -de Ceuta- la orientación sexual de cada cual es muy respetada. Como debe ser. Lo que no quiere decir que sus “gais” deban salir del armario. Tal vez porque han decidido actuar más en la alcoba que lucir en la calle la pluma que tienen. Y están en su perfecto derecho. El mismo que les induce a no hacer proselitismo del matrimonio entre personas del mismo sexo. Pues no todos los homosexuales están cortados por la misma tijera. Axioma.
 

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