Son los temas de estas dos últimas
semanas, pero con ventaja para lo deportivo, aunque sólo sea
por el triplete del Barça, a lo que se va a sumar la
revolución, que desde hoy, pretende llevar a cabo Florentino
Pérez en el Madrid. Esto entretiene, lo otro aburre.
Dos grandes del fútbol, Madrid y Barcelona, o a la inversa y
dos grandes de la política, PP y PSOE.
¿Con cual de ellos nos quedamos? Por afición me quedo, desde
siempre, con el Madrid, por afiliación, desde hace pocos
años, con el PP, pero en un caso y en el otro guardando un
respeto total al contrario, aunque a veces ni políticos, ni
tampoco clubes merezcan ese respeto, por lo que hacen ellos
o por lo que toleran a sus seguidores, especialmente cuando
se acercan a preguntar: “¿Qué hay de lo mío?”.
La campaña electoral me está permitiendo dormir la siesta
veinte minutos cada día, porque soy incapaz de soportar,
esos veinte minutos, la sarta de insultos y
descalificaciones que sacan de la chistera los unos y los
otros, con la única idea de lograr, si acaso, otro voto más.
Son impresentables.
Mirándolo bien, en cada grupo político hay una serie de
desahogados, trapaceros y urdidores de fábulas, que si
tuvieran vergüenza y en las cúpulas de los partidos hubiera
dignidad, a esos bocazas no se les tendría que tolerar, ni
un instante más, hacer valer su afiliación al grupo. Y digo
esto para todos y para cualquiera de los partidos políticos.
En eso son iguales todos, los mismos perros, aunque lleven
collares de distinto color.
Afortunadamente, al terminar lo político en los
informativos, llega lo deportivo y desde ahí se acaba la
siesta, para vivir a tope los barcelonistas el triunfo por
partida triple de su equipo, y para empezar a soñar (soñar
no cuesta dinero) los madridistas el futuro victorioso del
equipo merengue.
Acabamos de decir adiós a la liga, el Barça se ha paseado,
el Madrid aguantó el tirón hasta el momento de la verdad y
fue entonces cuando se vio las carencias que ha tenido el
Madrid, tanto en el césped como en los despachos o en el
banquillo.
Bastaron 90 minutos para que el mejor equipo del siglo XX
fuera fulminado por su rival de siempre. El Estadio santiago
Bernabéu tuvo que soportar la mayor afrenta de su equipo en
toda su historia.
Y tirando del refranero podemos decir que “no hay mal que
por bien no venga”, o lo que es lo mismo, el 2-6 llevó a
Florentino Pérez a no dudar ni un instante más en su
presentación, para poner orden y apagar el fuego que los
pirómanos Calderón, Nanín o el propio Mijatovic habían
encendido.
Ahora, con la temporada terminada, el Barça a descansar, con
los deberes muy bien hechos, el Madrid a hacer la
revolución, más de media docena de bajas, seis o siete
fichajes de primera fila y a ver si llega de verdad ese gran
equipo que quieren formar.
¡Ah!, mientras en el Barça festejan con cava sus triunfos,
en Madrid, más de uno de los tunantes que, mal dirigieron
desde los despachos, tiene que ir a los juzgados, por
aquello de que:” quien mal anda, mal acaba”.
Y en este tiempo, el Ceuta con las renovaciones a cuestas y
con ese “nuevo cargo” que quieren crear para alguien que iba
como directivo. De ser cierto, podríamos estar hablando de
uno más que se “cuela” en el presupuesto de la Ciudad, y de
ser así ¿Se va a dar entrada a todos los otros ceutíes que
se han quedado sin trabajo en los últimos meses?. Me
gustaría que alguien respondiera.
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