Se confiesa autodidacta y músico en solitario donde voz,
ritmo e instrumentación están en sus manos pero lo cierto es
que Félix B. Amieva Slim y su blues siempre están
predispuestos a conectar con el público ya sea a través de
las canciones o “monólogos y chistes” para encandilar al
auditorio. El artista ceutí presentó ayer su primer álbum,
‘Better along’, en el escenario de la Plaza de los Reyes en
el marco de los espectáculos musicales que rodean a la Feria
del Libro. Para el creador, que versiona y compone, el amor
hacia la música lo han llevado a describir el blues, su
‘palo’ por excelencia, como una “música de raíz más que de
técnica” resaltando el “sentimiento” y la forma de
transmitir desde “el corazón”.
Pregunta.- Acabas de aterrizar en la ciudad autónoma como
en otro de los territorios de tu gira...
Respuesta.- He estado por Colombia haciendo un par de
conciertos en el Festival de Blues de Caliz y una
presentación en el centro de formación de la Embajada
Española de Cartagena de Indias. Anoche también tuve un
concierto y ha sido levantarme, preparar las cosas y venir.
P.- No hace mucho también regresó a Ceuta...
R.- Por diciembre estuve en La Sala y hace poco, en abril,
haciendo un taller de blues en la Casa de la Juventud.
P.- A pesar de ello, está afincado en Cádiz...
R.- Llevo una temporada viviendo allí porque me gusta mucho
y profesionalmente me resulta más cómodo por la movilidad y
por los escenarios donde tocar. Puedo actuar en Cádiz, en
Andalucía, en España y fuera de ella.
P.- Muchos músicos y artistas suelen decir que han
triunfado en el extranjero y no es su país de origen, ¿dónde
le han tratado mejor?
R.- En mi país no me suelen tratar mal, depende donde vaya.
Luego hay sitios donde te aceptan más que en otros, y en
Colombia he sido un rey. A parte de conocer otra cultura y
visitar sitios preciosos con gente encantadora, me han
tratado muy bien desde la Embajada Española, que ha cubierto
todos los gastos.
P.- ¿Cómo se presentaría ante un público desconocido?
R.- Pues diciendo que soy cantante, guitarrista y
armonicista de blues, y alguna cosa más. Soy autodidacta ya
que escucho discos e intento aprender.
P.- ¿Cual cree que son las claves de sus conciertos?
R.- La clave principal es el público. Procuro,
independientemente de lo que toque, la calidad y el
virtuosismo, que la gente interactúe con el concierto.
P.- Si a los diez minutos de pisar las tablas ve que el
auditorio permanece frío, ¿cómo sale del apuro al ser un
solitario?
R.- Depende del público, pero puedo hacer un monólogo,
contar un chiste, hacer imitaciones de un tren con la
armónica o hago coros para que el público repita.
Normalmente funciona.
P.- ¿Qué tipo de repertorio compone sus intervenciones en
directo?
R.- A parte de letras, también existen muchos tipos de blues,
como ocurre en el flamenco con los palos o cualquier música
folklórica. Depende de la zona donde se desarrollara el
blues, tenía unas características u otras. Normalmente hago
real time, swing y gospel y los relaciono. No tengo
predilección porque cada cosa tiene su magia.
P.- ¿Versiona o compone?
R.- Escribo algunos temas y luego hago muchas versiones de
los primeros tiempos del blues, de la época de los años
treinta, de los pioneros.
P.- Para que los espectadores se enamoren del blues,
¿cual cree que son las claves esenciales?
R.- El blues es una música de raíz más que de técnica; es de
sentimiento, de corazón, como el tango, la salsa. Si a ello
le añades la interacción con el público, pues tienes la
fórmula.
P.- ‘Better along’ es su primer álbum en el mercado y
además tienes grabados cinco demos, ¿cuales son sus
proyectos más cercanos’?
R.- Ahora me voy a poner en contacto con el Centro de
Cooperación y Cultura de la Embajada Española de Madrid para
hacer presentaciones y talleres en distintos puntos del
mundo. Y además toco música underground, rebétika, de los
años 30. Le dicen el blues griego siendo una música también
de raíces, con temas que hablan de amor, de drogas, de
problemas. Siempre con un poco de reivindicación porque esta
música la desarrollaron los negros americanos que vivían en
la esclavitud y luego en un sistema de segregación racial en
el sur de Estados Unidos. Por ello la reivindicación en el
trato que recibían.
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