Siete jóvenes voluntarios de Cruz Roja conmemoraron ayer el
Día Mundial Sin Tabaco por el centro de la ciudad intentando
sensibilizar a la población a través del cambio de un
cigarro por un caramelo. Pegatinas y folletos también fueron
repartidos para concienciar a la ciudadanía de los
perjuicios de la nicotina.
Sin un cigarro “tienes menos posibilidades de sufrir”
hipertensión, taquicardias, mal aliento, cáncer de pulmón,
bronquitis crónica, fatiga prematura, merma de los sentidos
del gusto y el olfato, envejecimiento prematuro de la piel
de la cara, color amarillento de dedos y dientes, tos y
expectaciones. Estos fueron algunos de los perjuicios que
los voluntarios de Cruz Roja Juventud se encargaron de hacer
llegar a los ceutíes en la celebración del Día Mundial Sin
Tabaco.
Siete jóvenes realizaron ayer una ruta por la ciudad, que
comenzó a las once de la mañana en la calle Galea y concluyó
en Gran Vía durante la cual intentaron intercambiar un
cigarro por un caramelo entre los ciudadanos que se fueron
encontrando a su paso. “Hay gente que se lo toma muy bien,
que nos aceptan el chupa chups sin problemas pero hay gente
que dice que no va a dejar de fumar. La Organización Mundial
de la Salud estableció este día y nos parece una fecha
importante ya que los efectos que tiene el tabaco tanto a
corto como a largo plazo son muy dañinos, incluso para los
fumadores pasivos”, explicó Marina Antúnez, responsable de
Cruz Roja Juventud.
Al año mueren cinco millones de personas en el mundo a causa
del tabaco y “casi el cinco por ciento son fumadores
pasivos, por ello es necesario sensibilizar a la
ciudadanía”, advirtió Antúnez.
Además de caramelos, los jóvenes estuvieron repartiendo
pegatinas para cajetillas de tabaco, con eslóganes
impactantes no sólo por sus imágenes sino por sus palabras:
“Lo ves, lo oyes, lo tocas, lo respiras pero no sientes
cuando te mata”.
Según explicaron los voluntarios de Cruz Roja Juventud, la
ciencia ha demostrado de manera inequívoca que la exposición
al humo de tabaco es causa de mortalidad, enfermedad y
discapacidad, no existiendo niveles seguros de exposición.
Alrededor de 3.000 personas mueren en España por la
exposición al humo del tabaco.
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