Es una de las formas callada, pero
positiva, en la colaboración y entrega para con aquellos que
lo necesitan.
Afortunadamente, es una práctica en la que no aparecen
distinguidas las distintas clases sociales, con lo que en
las donaciones aparecen personas de todo tipo.
Haciendo una revisión, por encima, a los últimos tiempos,
nos encontramos con que el número de donantes o se mantiene
o se incrementa ligeramente, por lo que hay que considerar
como algo extraño el que Ceuta, en el pasado año, haya
descendido drásticamente, en un 14,31% en el número de
donaciones.
Afortunadamente, esto es un pequeño borrón frente al 5% de
incremento que se ha dado a nivel nacional.
Visto el hecho, en conjunto, de todo el ámbito nacional, el
balance puede tildarse como positivo, en palabras del
presidente de la Federación Española de Donantes de Sangre,
señor Manceñido. Pero además de positivo hay que ver esa
tendencia como esperanzadora, sin quedarse en el propio
escaparate y que viendo los datos que se están barajando hoy
será muy difícil poderlos mantener para el futuro.
Sea como sea, aquí está la situación, de momento, positiva,
a pesar de que de cada cien habitantes en España sólo son
donantes 4 de forma habitual y otros cuatro más lo son a
veces.
Esa dificultad que se prevé para el futuro tiene una serie
de elementos básicos que no podemos dejar de lado:
En primer lugar, la aparición de ciertas enfermedades, de
nuevo cuño, como esta de la Gripe A, a lo que hay que unir
el envejecimiento de la población, que siempre pone más
reparos a todas esas prácticas que una población joven, casi
siempre más dispuesta y generosa.
Estos son dos aspectos que no podemos dejar de lado, como
tampoco podemos dejar de lado la falta de concienciación
entre algunos colectivos de la inmigración, o incluso la
propia situación económica, con todo lo cual tendremos
conformado ese conjunto de circunstancias que pueden hacer
que caiga el optimismo, en algo que es totalmente necesario.
Y dentro de los buenos datos hay que hacer mención especial
para tres comunidades autónomas: Navarra con el 50,02
donaciones por cada mil habitantes, Euskadi con 47,39 y
Galicia con 43,72. Estas son las comunidades autónomas que
están, con diferencia, a la cabeza de las listas de donantes
en España.
La concienciación, la generosidad o la sensibilidad especial
de ellas hay que reflejarla en lo más alto.
En el caso de Ceuta, Melilla y Canarias tenemos que ver el
anverso de la moneda, con unas cifras muy alejadas de esas
tres comunidades que acabamos de citar.
Ceuta en la cola, con tan sólo 17,48 donaciones por cada mil
habitantes, con 19,52 Melilla y bastante por encima con el
31,97 Canarias.
Son los datos fríos que ahí están, como están, también, el
que las dos ciudades autonómicas, Ceuta y Melilla, las que
han protagonizado el descenso más notable el pasado año,
respecto al 2007, disminuyendo en Ceuta un 14.31% y un 8,16%
en Melilla.
¿A qué hay que achacar esto?. Es difícil poder afirmar nada,
aunque la movilidad fluctuante y ciertos problemas
estructurales pueden ser achacados para esos cambios.
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