No me vale mucho eso de los
últimos serán los primeros, ni tampoco que los desheredados
estarán a la derecha del Padre, o algo por el estilo.¡¡Pura
demagogia!!, lo diga quien lo siga diciendo.
Y a las últimas, o penúltimas, pruebas nos podemos remitir,
cuando dos desheredadas de la fortuna, dos mujeres que para
mal comer o mal vivir tenían que venir, como otros muchos
miles de personas lo hacen a diario, murieron, cargadas con
“su cruz”, convertida en paquetes ya preparados, para
llevarlos hasta el lugar establecido, donde por esa carga y
esa caminata recibían una “paga” con la que escasamente
podían comprarse un par de botellas de agua. Las dos
mujeres, lo repito, murieron “ con su cruz a cuestas” al ser
pobres.
Y no es que hubiera violencia en ese momento, es que la
violencia está presente en los constantes empujones,
verdaderas avalanchas humanas, para poder llevar esa carga,
a cambio de lo que les paguen, unas cuantas migajas para
poder mal subsistir.
Dos mujeres de 53 y 32 años murieron aplastadas, tras verse
envueltas en una de esas avalanchas, al bajar por una
escalera.
Y ahora vienen las explicaciones, dudo que haya nadie que
pueda dar justificaciones, para tildar esto como “un
accidente trágico e inevitable”. No sé como analizar la
expresión oficial, en la que estoy de acuerdo con la primera
mitad “accidente trágico”, pero no puedo digerir eso de
inevitable. ¡¡ Estamos en el siglo XXI!!, hay cosas que se
podrían haber evitado y que desde ahora, no desde mañana, se
tendrán que corregir.
Y que la tragedia se quedó corta lo podemos deducir del
hecho de que incluso la propia Policía Nacional “también fue
arrollada por unas 200 personas”.
Además, no se queda sólo en esto, por cuanto hubo otros 9
heridos de los que otra mujer, de 45 años, hermana de una de
las fallecidas sigue hospitalizada.
Aquí llegó, no podía ser de otra forma, algo que se venía
anunciando desde hace muchos meses. La situación, se mire
por donde se mire, se había convertido en un “polvorín” que
en cualquier momento podía explotar, y así ha sido.
La Policía que de todo esto sabe más que nadie, a través de
sus sindicatos policiales, lo venía anunciando. La situación
se hacía insostenible y el pasado lunes una avalancha
provocada por “causas desconocidas” provocó un
desplazamiento inesperado de más de 200 personas hacia las
escaleras, por donde los porteadores se apretujan para
llegar al Biutz.
Aquí vino el accidente, aquí las dos menos favorecidas por
la suerte rodaron por la escalera, otros varios también y al
final las dos muertas.
Ahora, tras la desgracia llegan las palabras que, en este
caso, no son ni siquiera papel mojado. De momento, los
comerciantes del Polígono del Tarajal insisten en que se
traslade el pase del Biutz y se cierre “de inmediato” el
actual pasillo para porteadores, por cuanto “el Polígono no
está preparado para absorber a los miles de porteadores que
llegan a diario”.
El SUP va más lejos y estudia personarse como acusación
particular, tal y como había anunciado hace meses que harían
cuando se produjera un suceso de este tipo.
También el delegado del Gobierno se personó en el lugar
donde sucedió la desgracia, para comprobar in situ como está
aquello.
De nada sirve ya eso, las dos mujeres no podrán verlo
corregido.
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