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Desde que se habilitará el paso
del Biutz hace algunos años al objeto de facilitar el
tránsito comercial entre Ceuta y Marruecos, favoreciendo con
ello la actividad de las diferentes empresas ubicadas en los
polígonos industriales del Tarajal, muchas han sido las
críticas efectuadas sobre su funcionamiento y en particular,
en relación a las aglomeraciones originadas con motivo de su
excesiva estrechez que pudieran provocar incidentes de
gravedad, como así ha sucedido durante esta semana con la
muerte de dos porteadoras y las heridas sufridas por varias
decenas.
Desde su inauguración, diferentes formaciones políticas,
organizaciones sindicales y empresariales han manifestado su
disconformidad con una infraestructura que en innumerables
ocasiones se ha visto colapsada por la aglomeración de miles
de marroquíes que ejercen una actividad que reporta
importantes beneficios a un sector afectado en los últimos
años por una profunda crisis y con ello, vital para el
desenvolvimiento económico de nuestra Ciudad.
Por tanto, no es momento de buscar responsabilidades
políticas, es momento de trabajar consecuentemente desde el
compromiso serio y objetivo en la solución de una
problemática anunciada desde sus inicios desde diferentes
sectores. Es el momento de aunar voluntades políticas
eliminando enfrentamientos electoralistas al objeto de dotar
a nuestra Ciudad de la normativa y los mecanismos e
instrumentos necesarios para facilitar el intercambio
comercial con el país vecino.
En definitiva, la Campaña Electoral con motivo de las
Elecciones al Parlamento Europeo del próximo domingo día 7
de junio debe suponer el principio del final de esta
lamentable situación a través del acuerdo político unánime
de todas aquellas formaciones comprometidas con el futuro de
nuestra Ciudad. Circunstancia solo demostrable con un
trabajo conjunto serio desde el respeto y la sensatez en la
búsqueda de acuerdos al objeto de alcanzar el anhelado
objetivo de la integración de Ceuta en la Unión Aduanera y
propiciando la puesta en funcionamiento de una aduana
comercial con Marruecos.
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OPINIÓN / AL SUR DEL SUR
